EL ETERNO QUIJOTE
La vida cambia. Todo sigue igual.
¿Cómo puedo decir las dos cosas, totalmente antagónicas, y tener razón en ambas? Y con la política también. Pasan los meses y voy viendo y volviendo a ver una y otra vez las mismas cosas. Cambian las camisetas y los carnets de afiliación pero todo es idéntico. Para tener poder se necesitan votos, para tener votos se necesita camelar y para camelar necesitan saltarse la norma. Da igual el lugar, da igual la época. Siempre ha sido todo igual.
De vez en cuando surge un Don Quijote -sin Sancho incorporado de serie- que tratará de evitar ser aplastado por el sistema mientras lucha contra la injusticia. Todo depende de su armadura y del grado de locura. Las personas que más te quieren te piden que lo dejes, que abandones, que tengas cuidado. Los malos son muy malos y estás expuesto. Pero la respuesta ya se sabe, no está en el viento de Dylan, está más bien en los molinos.
Indefectiblemente, habrá que embestir contra los gigantes, aunque sean poderosos, aunque en vez de escudo tengan carnet, aunque sean "uno de los nuestros" (sin De Niro). Moriremos y seguiremos maltrechos pero nos volveremos a levantar y el odio y la rabia serán nuestra savia, el orgullo y el honor, el Cid del siglo XXI. Más se perdió en Cuba, y se sigue perdiendo, ahora que lo pienso.
Comentarios
Voy a patentarlo: el síndrome de Don Quijote...
¿Cuál era el personaje de la mitología griega que estaba condenado cada día a empujar una bola de piedra hasta la boca de un volcán que lo expulsaba cuando llegaba?