SINVERGÜENZAS - La Voz de Cádiz 29-10-2014




SINVERGÜENZAS

Montiel de Arnáiz

@montieldearnaiz

 

 

El hombre se enfunda el mono azul pitufo, tatuado demotas cual guepardo blanco, y coge su caja de herramientas. Se monta en su viejo utilitario, que no ha pasado ITV ni tiene seguro en vigor. Detrás se sienta su hijo, viendo la televisión en su móvil 4G. Su pareja se monta de copiloto. Está preocupada: este mes le termina laprestación por ser mujer maltratada pero aún disfruta la ayuda de la delegación de servicios sociales y la de los cuatrocientos veintiséis. El hombre es albañil o lo era cuando el boom inmobiliario; ahora es un manitas que se atreve con todo. Enciende el frío motor de su coche y marcha a dejar al chaval en el colegio privado concertado en el que está matriculado. La carretera está llena de vehículos y las aceras rebosan padres, niños, maletas cargadas de libros y bemeuves aparcados en doble fila, obstaculizando la vía. El tipo atraviesa veloz el paso de peatones haciendo que una señora mayor que lleva a su nieto de la mano se aparte justo antes de ser arrollada. Al llegar a la puerta del colegio, la madre da cinco euros para el bocadillo al niño, que hace un gesto imperceptible que podría entenderse una despedida. Déjame en doña Lucía, le dice después al conductor. Allí hace el cuerpo de casa, cuatro horitas al día, sin estar dada de alta en la seguridad social. No le trae cuenta: gana así más dinero le sale a devolver en mayo. Para que se lo gasten en mariscadas lo disfruto yosublima. En pocos minutos llegan, da un beso a su pareja y se baja del automóvil. El hombre se dirige a la oficina del INEM. Aparca en zona azul sin echar un euro –el coche está a nombre del ex marido de la mujer, las multas le llegan a él- y se acerca caminando a sellar el paro. La funcionaria le mira el mono lleno de motas de guepardo blanco y sin decir nada estampa un sello en el papel. Anda, ya puedes ir a hacer el chapú, piensa. Por el camino el hombre enciende la radio. Al tiempo que escucha un debate recuerda la reunión de la comunidad que tiene esa tarde. Se ha retrasado en el pago de algunas cuotas –veinticuatro- y le van a poner la carita colorá: el mes pasado casi cortan el agua a los vecinos por no haber fondos en la cuenta. En diez minutos alcanza el chalet donde hace la obra sin licencia. En la radio hablan de corrupción política y el hombre saluda al propietario,indignado: este país lo dirigen sinvergüenzas, le dice. El otro hombre asiente y le hace pasar al interior.


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