THE SPANISH ARMADA
Publica "The Oregonian" un par de artículos de la mano de su redactor Jason Quick dirigidos a la pareja de amigos y compañeros de plantilla denominados "the Spanish Armada": Sergio Rodríguez y Rudy Fernández. El primero de los artículos habla de cómo Sergio y Rudy son amigos y compañeros desde los 12 años en diferentes equipos y selecciones. Comen y cenan juntos, se visten igual (con ropa idéntica, se entiende) y que han desarrollado el alley hoop que tanto hemos visto con la selección española y, ahora, con los Blazers.
Hacen incidencia también en los mates y triples anotados por Rudy tras asistencia de Sergio y en cómo éste cambió su manera de entrenar para adaptarse a lo que Mc Millan (Ramón Trecet lo llama Mc Donalds por, imagino, su afición por la carne de vacuno inserta en dos panes de molde) quería de él. Cuando Rodríguez recibió la llamada telefónica del presidente de la FEB diciéndole que no iría a los JJ.OO. éste se encontraba en Tenerife entrenando en un pabellón. Su "personal trainer" de los Blazers, que había pasado 2 semanas con él en las islas, le dijo que si quería podía saltarse el entrenamiento del día.
Sergio Rodríguez contestó: No, hoy entrenamiento doble.
Yo confío en el base porque lo vi como un mariscal de campo de la selección española que ganó el Europeo en el que se coronó como MVP y supe que Sergio era especial, un jugador como pocos. Pero requiere un entrenador que le dé totalmente las riendas de un equipo, que vuelva a sentirse importante, que involucre a todos y que, por supuesto, le dejen jugar al ataque como solo él sabe hacer. En la NBA hace falta tener suerte, está claro.
Rudy ha causado sensación en Portland: ha obtenido los celos de Brandon Roy y Travis Outlaw, aunque ha hecho seguramente todo lo posible por integrarse en el grupo como un suplente y rookie más. Pero la calidad la ven con más facilidad aquellos que ya la poseen y está claro que si Martell Webster no se hubiera lesionado, las cosas no hubieran sido como son ahora para unos... o quizás para otros.
Hacen incidencia también en los mates y triples anotados por Rudy tras asistencia de Sergio y en cómo éste cambió su manera de entrenar para adaptarse a lo que Mc Millan (Ramón Trecet lo llama Mc Donalds por, imagino, su afición por la carne de vacuno inserta en dos panes de molde) quería de él. Cuando Rodríguez recibió la llamada telefónica del presidente de la FEB diciéndole que no iría a los JJ.OO. éste se encontraba en Tenerife entrenando en un pabellón. Su "personal trainer" de los Blazers, que había pasado 2 semanas con él en las islas, le dijo que si quería podía saltarse el entrenamiento del día.
Sergio Rodríguez contestó: No, hoy entrenamiento doble.
Yo confío en el base porque lo vi como un mariscal de campo de la selección española que ganó el Europeo en el que se coronó como MVP y supe que Sergio era especial, un jugador como pocos. Pero requiere un entrenador que le dé totalmente las riendas de un equipo, que vuelva a sentirse importante, que involucre a todos y que, por supuesto, le dejen jugar al ataque como solo él sabe hacer. En la NBA hace falta tener suerte, está claro.
Rudy ha causado sensación en Portland: ha obtenido los celos de Brandon Roy y Travis Outlaw, aunque ha hecho seguramente todo lo posible por integrarse en el grupo como un suplente y rookie más. Pero la calidad la ven con más facilidad aquellos que ya la poseen y está claro que si Martell Webster no se hubiera lesionado, las cosas no hubieran sido como son ahora para unos... o quizás para otros.
Comentarios
Te invito a darte un paseo por el mío.
Un saludo,
http://paginasdeportivas.blogspot.com
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