EL EDILFLAUTA
EL EDILFLAUTA Montiel de Arnáiz Cuando se apagó la tenue luz del patio de butacas del Gran Teatro Falla y se alzó el telón oscurecido hasta el ocre por el paso de las malas chirigotas, el público crepitó en silencio, mudando la voz en honda respiración. Allí se plantó (plantaron) con cierta chulería Los imprescindibles, una comparsa de mitad arriba de la tabla de clasificación, algo así como el Atleti del Concurso Oficial de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz. Teófila Martínez no había acudido aquella noche lluviosa de enero al palco municipal con lo que las ácidas pullas de la comparsa de Jesús Bienvenido vagaron por el aire, deambulando por entre las plateas sin encontrar otro destino que los amplios pulmones de María la Yerbabuena. Uno de esos imprescindibles era José María González, profesor sin profesar, liberado sindical de USTEA y pareja de Teresa Rodríguez, líder de Podemos en Andalucía. Junto con esos dardos pendientes de impacto que revoloteaban por el Falla un sentimiento el