LLEGA EL CALOR, LLEGA EL FRÍO
Como si un poema renacentista se tratase, hablo de la bucolía de los pájaros silvestreando entre las copas inmesamente verdes de los arbóreos bosques. Mira uno por la ventana y ve seres alados, diminutos, cuchicheando entre las olas de humo y las farolas de estrellas. Debe ser primavera tardía, casi verano. Miro la mesa repleta de carpetas llenas de problemas, deseo volar, diminuto y alado, hacia un lugar donde haya una cama con mi nombre, una buena luz y un libro decente. Tranquilidad, espacio, intimidad propia. Un sitio apto y propicio para la introspección. Un Xanadú. Pero ese sitio, no existe más allá de las obligaciones propias y los deberes ajenos y lo sé. Habré de conformarme con pensar en lo bueno y mucho que la vida me ha otorgado y aún no me ha robado. Guardaré emociones positivas para cuando llegue el invierno, como decía Led Zeppelin: "this is the springtime of my loving". La única estación que conozco realmente. Amor, odio, calor, frío. Relacionadas entre sí de