FACHA EL QUE LO LEA (La Voz - 27-02-11)
FACHA EL QUE LO LEA Seguro que ha sido la decepción. Miles de ciudadanos se han levantado enfadados esta mañana con la noticia de las medidas gubernamentales de limitación de la velocidad en autopista y autovía por razones de ahorro energético. La bajada del límite máximo a 110 kilómetros por hora, de manera temporal pero sin plazo determinado, les ha cogido con la guardia baja y el mentón desencajado. Y digo que es la decepción porque lo que la gente transmite en la calle, mientras tapea en “La Mariquita te Jarta”, degusta en “Casa la Titi” o cena en la “Venta de Vargas”, es todo lo contrario: lo que desean los ciudadanos es que aumente el límite máximo a 130 kms/h como en Europa. Los argumentos apuntan a coches con más y más potencia, carreteras cada vez más y más oceánicas y mecanismos recaudatorios –también llamados radares- jóvenes aunque sobradamente más y más preparados para que todos ayudemos a salir de la crisis a golpe de más y más talonario. Y ahora nos cuentan esto