MIGUEL VÉLEZ
Muchos sábados le enviaba mi artículo del domingo para que me diera su opinión o, simplemente, porque suponía que le iba a gustar. Hoy, 25 de diciembre, decidí no hacerlo, quería que lo leyera mañana en su edición normal. Poco d ... espués de mandarlo por mail recibí llamada de Lola Garzón, directora de la asociación de enfermos de Parkinson, y me rompió el corazón. Estaba afectada, llorando, con la rabia que da no entender por qué se marcha alguien bueno de verdad. Como lo era Miguel. Conocí a Miguel Vicente Vélez Ramos a principios de los 90, cuando se presentó como el profesor de Historia de mi clase de 3º de B.U.P. Congeniamos más allá de la relación entre tutor y alumno porque a ambos nos unía el fervor por el mundo del cómic y el dibujo. Pasados los años, habíamos mantenido nuestra amistad y siempre hacíamos por vernos, aunque fuera sólo para dar una vuelta por las tiendas especializadas de cómics de Cádiz o tomar una empanada en los Gallegos. En el primero de esto