¿MONARQUÍA O REPÚBLICA?

Hoy diré mi opinión que algunos amigos privilegiados ya conocen de antemano, para fomentar el diálogo y, por qué no, la discusión y el cisma en el blog. Frente a algunos colaboradores republicanos hasta la médula yo me posiciono entre los que piensan que la cosa está perfecta como está, que el Rey Borbón nos representa bien y cumplió con creces cuando tuvo que actuar. Pero vayamos por partes.


Estalla la Guerra Civil española y el ejército nacional derriba el gobierno republicano, con un sistema social fuertemente dañado en la base por una serie de medidas impopulares -anticlericales, por ejemplo- del gobierno, una crisis económica de gravedad y la salida de la familia real española. Una facción del ejército realiza un golpe de estado, por llamarlo de algún modo y comienza el espectáculo que provocó que ahora Baltasar Garzón se pelee con la Fiscalía del Estado. Vence el golpista, Francisco Franco, y de ahí en adelante hay cuarenta años de dictadura, represión del bando vencido y sus seguidores y limitación de los derechos personales.

Franco se enfrenta al heredero al trono español, Don Juan, y le niega el acceso nuevamente a España. Tras multiples negociaciones se "asigna" al Principe D. Juan Carlos, el carácter de sucesor del Generalísimo, y, al morir éste, se convierte en el nuevo Jefe del Estado. Es decir, podría entenderse que es el sucesor directo del dictador si no fuera por que, por cuna, ya le correspondía esta posición a nuestro actual Rey.

Pero D. Juan Carlos hace un juego de manos que los viejos franquistas -y falangistas- no consiguen ver: apoya la legalización del Partido Comunista y confirma que España debe optar a una monarquía parlamentaria como sistema. Es por ello que se presenta como garante de la Constitución de 1978, votada por los españoles. Y no solo por el refrendo. Navegando en aguas turbias el Rey veló por el proceso de democratización del Estado y cortó de raíz, por ejemplo, el golpe de estado del General Tejero, en su calidad de jefe de las fuerzas armadas españolas. El principio de jerarquía se usó, pero también el de autoridad.





Mientras que en Francia existe una república donde los jefes de estado y gobierno han de ser elegidos (doble gasto, por tanto), en virtud de la tradición histórica, la casa de Borbón posee los derechos al trono. Se ha criticado el presupuesto de la casa real aunque, posiblemente, resulte más barato que el de una jefatura electa. El rey ha sido tildado siempre de "campechano" y bonachón, pero lo cierto es que comprende perfectamente el sentido de su cargo. Por ello, cuando en la pasada cumbre de jefes de estado y gobierno iberoamericanos, el dictador venezolano Hugo Chavez, interrumpió en el uso de la palabra al Presidente Rodríguez Zapatero insultando al anterior ocupante de la Moncloa, José María Aznar, hubo de ser el Rey el que, ante la demostración de papanatismo de ZP, zanjó la situación con el tan aclamado "por qué no te callas!!" Con una situación tan ridícula, kafkiana y hasta verdulera, nuestro Rey se ganó su sueldo, a los ojos de muchos de los españoles.

Se le podrán criticar algunas cosas -muchas de las cuales jamás han sido probadas- pero lo cierto es que tanto D. Juan Carlos como su hijo D. Felipe son personas preparadas, sensibles a los problemas de su pueblo, muy distantes ya del modelo de príncipe dominator tiranicida y absolutista de hace 200 años. Lo cierto es que, aunque le pese a los estudiosos de los modelos políticos, el éxito no lo da el sistema, sino la persona. Ha habido presidentes de república tan nefastos como monarcas y otros más tiranos que aquéllos otros, por tanto uno podrá sentirse republicano -seguro que el follonero y ventiladorcular acudirán con el cuchillo entre los dientes buscando mi cuello- pero sin duda habrá de reconocer que este Rey es de absoluto consenso hasta por los partidos republicanos serios (no hablo de los radicales de extrema izquierda, que para mí tienen la misma -nula- credibilidad que los de derecha) y por tanto, me decanto por su defensa.