LIMONADA


Decía el refrán que al mal tiempo había que ponerle buena cara. Otro decía when life gives you lemons, make lemonade.

Resulta complicado seguir la directriz que marcan los proverbios en éstos, los tiempos del torero del moroso y demás chusma que abusa de la libertad de las comunicaciones para intimidar, atosigar y coaccionar a los ciudadanos de a pie o a caballo. Y, encima, aparece el mal tiempo. No nos hace falta un huracán del trópico para que se nos inunden los garajes, las oficinas y hasta las plazas de toros. Aquí, con dos chuzos que caigan, si tienen buena puntería los de arriba, se anega el país. No son las lágrimas de los ángeles que decía el poeta, sino el producto de los nubarrones que cubren al Estado, como gusta llamar ahora a España. Sólo se quita el rubor de llamar a las cosas por su nombre en los partidos de fútbol y, claro está, con Manolo el del bombo de cuerpo presente.

Las nubes no son únicamente las del cielo, sino también las de la incertidumbre de la situación actual. Los que, como yo, no sabemos de la Bolsa más que en el 29 hubo un crack que no era Jordan, estamos un poco a verlas venir. Los que jugaron a Wall Street se arrepienten ahora de no haberlo hecho al "Bancarrota" y en mesa camilla con hornillo. El dinero de los planes de pensiones y los depósitos a plazo variable decrecen a un ritmo que impide la respuesta rápida del ciudadano y, a las cajas y bancos, en realidad les da igual. Me gustaría comprobar si el beneficio neto de estas entidades hace cinco años -es decir, antes del boom inmobiliario y las hipotecas con presentación del D.N.I.- es muy diferente al actual. Lo que sí cambia es que ahora amarran más al cliente y dan menos préstamos pero el interes se duplicó o triplicó, así que la cosa no irá tan mal a 40 años vista.

Y en la actualidad nacional estamos entre Garzón y Grande-Marlaska, que suena a un tío con una chorla mayúscula. Entre los muertos civiles y los muertos políticos, como Barroso, alcalde de Puerto Real. Todo ello aderezado de especias, comino y un poco de retraso judicial, multable, eso siempre, aunque la culpa es de todo el sistema.

Ya no pongo el telediario, ni siquiera los deportes, y casi me remito a ver los titulares en la prensa digital. Estoy harto de la misma letanía de noticias a la misma hora de almorzar. Podría jugar a adivino: hoy habrá un grave accidente de tráfico con balance de muertos y heridos graves, un caso de violencia "machista" en un pueblo perdido de la piel de toro, ZP dice que las pensiones son la base de la economía y Rajoy no sale porque está intentando desaparecer del mapa mientras no se disuelve su último fracaso castrense.

Prefiero ver series. Ya he visto la magnífica primera temporada de "Los Tudor", cuya continuación ponen a final de mes en el Plus. House, Mujeres desesperadas y Prison Break vuelven a la parrilla, Medium está muy interesante y Mad Men, Boston Legal, Eli Stone y Pushing Daisies (Criando Malvas... nada que ver) rebosan humor y calidad. Vamos, que no tengo tiempo ni para ver la NBA, que por cierto, empieza hoy con tres españoles en la cancha. En la recámara tengo preparada otra grandísima producción: John Adams.

Parece que el cielo empieza a abrir.

Comentarios

india ha dicho que…
Yo tampoco veo los telediarios,ni entiendo del mercado del dinero,...estoy entre los muchos que se limitan a vivir,dar de comer a los peques,hacerles ,en lo posible,felices,...
Yo también soy una enganchá a la ficción,que la realidad ya ni sorprende,aunque de susto!
Besos!
malatesta ha dicho que…
Crisis, crisis, crisis... Yo estoy inmerso en plenos años 90, puesto que ya voy por la tercera temporada de Los Soprano.
Ahí no hay crisis. De hecho los negocios de la familia van viento en popa. Bona sera.
Montiel de Arnáiz ha dicho que…
jejeje.

Yo me compré la caja y estoy por la mitad de la 2ª. Si nuestro presidente fuera Anthony Soprano las cosas irían diferentes... en algunas cosas!!

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