EL COÑAZO (DE RAJOY)
El año pasado por estas fechas me encontraba en el hotel Puerta de Toledo de Madrid (Madrid) y en la televisión ponían el desfile de las Fuerzas Armadas. El anterior día había ido con Pablo Luís al NBA EUROPA y el Real Madrid había puesto en su sitio a unos Raptors en los que jugaban los españoles Garbajosa y Calderón. Me desperté con las primeras luces del alba y miré a mi derecha. En una pequeña cuña de viaje que nos había cedido la dirección del hotel descansaba Claudia como si con ella no fuere la cosa. Sintió que me incorporaba y, medio dormida aún, se levantó ella también. En la tele no había volumen pero el sonido de los aviones de combate sobrevolaba Madrid y había gran ambiente en el centro.
En Cuatro había un joven de un partido nacional con sede en Cataluña que hablaba del día de la Raza, de lo estúpido de un evento como este, de las queridas del Borbón mayor, enfin, qué sé yo, de las tonterías habituales. La noche antes había visto por primera vez a "Eva Hache", a la que no conocía de nada, criticar con crueldad a Mariano Rajoy. Eso contrastaba con el taxista que nos había llevado de vuelta del partido al hotel, que había llevado todo el viaje una emisora que, como mínimo, era más radical que el canal Intereconomía. Acabé tan harto de todo que ni fuí a ver el Desfile. Además, Pablo Luís no salía este año, no había motivación.
La gorda lengua de Rajoy le ha pasado nueva factura y ello ha sido aprovechado por los medios -afines- para bombardear una y otra vez al candidato del PP a la presidencia del Gobierno. No hacía tanta falta. Rajoy es un "dead man walking", que es como llaman en las prisiones de Texas al condenado a muerte que se dirige a su destino por el pasillo que lleva de su celda a la estancia donde le inyectarán en vena el acceso a la otra vida. Ha intentado, se ha resistido, pero como la obra de Gabo, es la "crónica de una muerte anunciada". Ni rodearse de legionarias, pelearse con Aznar y aguantarles las ganas a Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón le darán más vida. Ahora mismo debe disfrutar del "bonus" (vida extra).
Que el desfile es un coñazo no lo dudo, y seguramente Rajo tendría cosas mucho más interesantes que hacer ya sea con su familia, durmiendo hasta tarde o hablando con UPN por el messenger, pero le ha vuelto a faltar prudencia, malicia, instinto y oficio. Seguramente los mismos que han extrapolado el coñazo de Rajoy al insulto a los ejércitos, la bandera, el hinmo, la corona y el sentido mismo de la patria española son los que menos valor le pueden dar, pero han venido a demostrar, una vez más, lo que ya se sabía hace cuatro años.
Que el auténtico coñazo es el Sr. Registrador de la Propiedad, D. Mariano Rajoy, que no abandona su sueño de ser Presidente, aun a costa de los intereses de su propio partido.
En Cuatro había un joven de un partido nacional con sede en Cataluña que hablaba del día de la Raza, de lo estúpido de un evento como este, de las queridas del Borbón mayor, enfin, qué sé yo, de las tonterías habituales. La noche antes había visto por primera vez a "Eva Hache", a la que no conocía de nada, criticar con crueldad a Mariano Rajoy. Eso contrastaba con el taxista que nos había llevado de vuelta del partido al hotel, que había llevado todo el viaje una emisora que, como mínimo, era más radical que el canal Intereconomía. Acabé tan harto de todo que ni fuí a ver el Desfile. Además, Pablo Luís no salía este año, no había motivación.
La gorda lengua de Rajoy le ha pasado nueva factura y ello ha sido aprovechado por los medios -afines- para bombardear una y otra vez al candidato del PP a la presidencia del Gobierno. No hacía tanta falta. Rajoy es un "dead man walking", que es como llaman en las prisiones de Texas al condenado a muerte que se dirige a su destino por el pasillo que lleva de su celda a la estancia donde le inyectarán en vena el acceso a la otra vida. Ha intentado, se ha resistido, pero como la obra de Gabo, es la "crónica de una muerte anunciada". Ni rodearse de legionarias, pelearse con Aznar y aguantarles las ganas a Esperanza Aguirre y Alberto Ruíz Gallardón le darán más vida. Ahora mismo debe disfrutar del "bonus" (vida extra).
Que el desfile es un coñazo no lo dudo, y seguramente Rajo tendría cosas mucho más interesantes que hacer ya sea con su familia, durmiendo hasta tarde o hablando con UPN por el messenger, pero le ha vuelto a faltar prudencia, malicia, instinto y oficio. Seguramente los mismos que han extrapolado el coñazo de Rajoy al insulto a los ejércitos, la bandera, el hinmo, la corona y el sentido mismo de la patria española son los que menos valor le pueden dar, pero han venido a demostrar, una vez más, lo que ya se sabía hace cuatro años.
Que el auténtico coñazo es el Sr. Registrador de la Propiedad, D. Mariano Rajoy, que no abandona su sueño de ser Presidente, aun a costa de los intereses de su propio partido.
Comentarios
Totalmente contigo,no le añadiría ni una coma,...ja!Pero,por mí,que siga soñando,...aunque una buena oposición es beneficiosa para todos,es una manera de que nos quieran complacer siempre,sin dormirse ni confiarse.
Un tipo que dice las burradas, -la mayor parte de las veces, "se le escapa"- no puede ser la persona que los españoles quieren para su dirección. De todas maneras Zapatero seguro que no es menos golfo que él.
Tenemos un gobierno pésimo y una oposición tristísima... Así nos va!!
Besos,
S.
Bueno, por ahora entiendo que es el candidato porque ya lo ha sido dos veces antes y el partido o el órgano competente dentro del mismo no ha designado uno nuevo. De todos modos, lo que intento decir es que Rajoy no debe ser más el candidato por méritos propios, claro está. Igual que pienso que los períodos presidenciales no deben durar más de 8 años, los de candidato en la oposición también, lo que ocurre que el primer período debería regularse legislativamente a nivel estatal y el segundo estatutariamente en el ámbito interno de los partidos políticos.
Nos vemos dentro de alguna de tus fotos.
Un besote