PLAZA, JACKSON Y JOHNSON

Son tres entrenadores. Uno de ellos es el mejor entrenador de la historia de la NBA, con permiso de Auerbach, los otros dos son unos recién llegados que lograron méritos con premura: mejor entrenador de la temporada regular de sus respectivas ligas. Éstos han tenido algo en común también, tras hacer una temporada sobresaliente, sus equipos han caido a las primeras de cambio, lo que ha provocado que a Plaza lo pongan en la picota y que a Avery Johnson lo hayan cesado con carácter inmediato. Puede ser que haya entrenadores buenos en liga regular y malos en play-offs o viceversa (Véase Scariolo) o puede ser que los ciclos de los entrenadores sean más cortos de lo normal.

Me gusta el dibujo de la dirección técnica de las universidades americanas. El entrenador permanece y siempre va a estar ahí, el jugador no. Así se adquiere un carácter y una visión para ambos que fundamenta la autoridad del entrenador y la obediencia del jugador. Hay entrenadores que llevan 25 años con "su" universidad. Son leyendas.


Avery Johnson comenzó a entrenar casi antes de retirarse y logró varias temporas espectaculares con Dallas Mavericks, a los que guió a la final de hace dos años, que perdió con Miami pese a ir con ventaja de sobra. Luego ha sido eliminado dos veces a las primeras de cambio. Y para casa. Cabe la duda de si él fue el auténtico responsable: en Europa los entrenadores tienen más importancia en la elección de jugadores que en EEUU, donde para eso hay un manager general que se encarga de todo. La plantilla de Dallas estaba descompensada: había grandes estrellas, veteranos de vuelta y jugadores de segunda. Los años darán o quitarán la razón al propietario, Mark Cuban, que yo pienso que es el auténtico virus ahí dentro.


Joan Plaza ha obtenido mejores resultados globales puesto que tiene dos títulos en dos años: una liga y una ULEB Cup, pero ha recibido críticas en la gestión de los últimos minutos de partidos apretados, así como desde el principio, respecto de los dos griegos que se incorporaron a la plantilla: Lazaros Papadopoulos y Michalis Pelekanos. Su rendimiento no ha sido lo que se esperaba. Por otro lado, ha influido en la eliminación del Real Madrid de los Play-offs por la liga, pese a haber quedado campeón de la liga regular, una cuestión ajena al deporte: la televisión. Los burócratas de turno pensaron que era mejor tener unos playoffs que duraran menos, así que decidieron proponer que se acortaran en su primera ronda a tres partidos, en la fórmula 1-1-1. Si el 1º pincha en el primer partido se la juega a muerte fuera de casa. ¿Dónde está ahí la ventaja?

He ahí el motivo de series al mejor de 5, que los equipos pueden rehacerse de un día aciago. En EEUU no ocurre eso ya. Se decidió que la primera ronda, que se hacía al mejor de 5, había también de hacerse a 7 partidos para evitar cosas extrañas. Lo cierto es que al Madrid se le privó de la ventaja de campo, y eso lo ha matado -lo que no quiere decir que igualmente no hubiera perdido a 5 partidos-.


Por último hablemos de Phil Jackson, el Zen Master. Su equipo, Los Angeles Lakers, ha derrotado a unos correosos Utah Jazz gracias a su trío estelar Bryant-Gasol-Odom y a una panda de amigos que salen y entran del banquillo con una sonrisa en el rostro y la solidaridad en el pecho. Lakers, con una plantilla justita o al menos sin tanto prestigio como otras muchas, se ha plantado en la Final de la West Conference, y ahora esperará -descansando- 4 días a que Hornets y Spurs acaben su duelo fratricida. Quisiera que ganaran los de New Orleans, pero creo que San Antonio se hará con la victoria.


Por orgullo, por experiencia... y por un Robert Horry, veterano de mil batallas que juega apenas 2 minutos de media, que se ha encargado de agravar una lesión preexistente de David West en el momento más oportuno, igual que el año pasado abrió la nariz de Steve Nash como si fuera casualidad que en ese instante pasase por ahí.

Horry fue un gran jugador, un amo del clutch-time, pero ahora se ha convertido en ese jugador sucio que "hace lo que debe" para que su equipo gane. Ya no lo llamaría "hot rob" horry, sino "clemenza", el asesino más cruel de El Padrino.



Volviendo a Jackson, su maestría en la dirección, sus viejos trucos y su personalidad han hecho que una plantilla imperfecta se complemente al máximo nivel, gestionando sus virtudes y ahogando sus defectos en el barro, para que no respiren. La fórmula de poner a una de las estrellas con los 4 comparsas al lado para que asuma importancia el 1º -y los otros 4-, la manía de jamás pedir un tiempo muerto cuando el otro equipo está en racha, sino cuando tus jugadores por fin hacen algo bien, la visión de los últimos minutos, cuando decide hacer aclarados a Kobe, o la capacidad de motivar a jugadores como Gasol, al que criticó con mucho cuidado respecto de su mal partido -el tercero de la serie- en rebote y defensa para conseguir que Pau se erigiera como el otro puntal del equipo. Plaza y Johnson tienen mucho que aprender. Pero tienen tanto más aún que aprender si los comparamos con Phil Jackson. "La" institución del baloncesto. El Aito García Reneses de los EEUU.