UN NUEVO EWING

Patrick Ewing fue uno de los pivots más destacados de la historia de los New York Knicks y ese conocimiento está al alcance de cualquiera. Con él los azules llegaron en muchas ocasiones a play offs -siendo frenados en varias ocasiones por Celtics, Pistons y Bulls-. Jugaron dos finales de la NBA, una (con él) contra los Rockets de Hakeem Olajuwon, y otra sin él (por lesión) en la temporada del Lock-out, es decir, la del "asterisco" de Phil Jackson. Ewing era un pivot de 2,13 m. con gran envergadura de brazos, nacido en Jamaica, que se destacaba por su anotación y su intimidación. A diferencia de "lightning" Bolt, el velocista jamaicano, Pat Ewing fichó por la universidad americana de Georgetown y se nacionalizó como estadounidense. Tras una brillante carrera NBA se retiró y pasó a engrosar varios cuerpos técnicos, especializado, como Kareem Abdul-Jabbar, en la formación de pivots.

Entre toda esta historia, Pat tuvo tiempo de tener un hijo, al que llamó como él: Patrick Ewing Jr. Y ese chico fue creciendo hasta que hace un par de año empezó a sonar como un buen jugador de baloncesto, un "NBA prospect". Pero Pat Jr no era pivot. Es un 6-8 pero juega de alero. Terminó su ciclo universitario en la universidad en que lo hizo su padre, ganando el premio al mejor sexto hombre del año con unos discretos números en el 2008. Tras ser drafteado en segunda ronda por Sacramento Kings, fue traspasado en un "blockbuster" a Houston Rockets, quien a su vez lo ha cedido a los Knicks a cambio de los derechos del conocido pivot ACB, el francés Frederic Weiss.

Seguramente el hijo del n.º 33 ha cumplido un sueño al viajar a New York city, y quizás Mike D´Antoni le dé un lugar en su nueva plantilla, pero no lo va a tener nada fácil. Sea como sea, la historia siempre se repite, o como decía Led Zeppelin: "The song remains the same".