EL CALOR

Insoportable. Y estamos a principios de junio. Las imágenes en la televisión muestran 20º por dos en Sevilla, en Mérida... Y la gente abarrotando las playas, tumbonas eternas llenas de mujeres en bikini y cachas de discoteca buscando broncearse. Siempre me gustó la playa y a la vez la odiaba. El calor me da tirria, cuando era niño entraba en el agua y salía hipotérmico media hora después, arrastrado a la orilla por mi padre enfadado. Castañeo de dientes. Luego me llegaron los nervios cuando me daba la vuelta como una chistorra en la parrilla, mi piel blanca hirviendo. Soy más de pasear, temprano o tarde, con la fresca, y mojar los tobillos en el agua fría. Me amenazan con llevarme con frecuencia a la playa este verano excusado en que el agua salina viene bien a los resfriados de mi hija, cuando lo que más me gusta es tomarme un tinto de verano en el Cactus Jack, mi chiringuito favorito. Cualquier día llegará la buena noticia de la creación del legendario "menú montiel": salmorejo de primero, papas aliñás y brocheta de solomillo. El postre, una natilla "Montero". Qué calor hace. Y la playita tan cerca...