LA ROCA TARPEYA

Se llamaba así. En la antigua Roma se arrojaba por ella a los asesinos y traidores. En Grecia también había una roca. Si el nacido tenía algún defecto sustancial que podía impedirle servir dignamente a la patria, a Esparta, uno de los ancianos subía con el bebé al risco y lo arrojaba desde allí. Eran otros tiempos, la lejanía nos parece menor por el recuerdo que impulsa la visión del cine, pero todo sigue igual exceptuando ese viejo juzgador y verdugo, que ahora es ministra.