EUROVISIÓN Y LA COPA
Unamos dos noticias en una.
En la final de la Copa del Rey de fútbol se enfrentaban el Athletic de Bilbao y el FC Barcelona y la noticia saltó dos días antes: las aficiones radicales y/o republicanas y/o nacionalistas y/o separatistas de ambos equipos se habían puesto de acuerdo en realizar una sonora pitada cuando sonara el himno de España. Así pasó aunque no lo vimos. Unos, como yo, por atender las obligaciones paterno-filiales más básicas y otros, como mi amigo Funes, culé confeso, porque TVE decidió no emitirlo y aludiendo a un "error humano" salvaron el mal trago borbónico con una inocente conexión a Bilbo city.
Esa censura ha costado el puesto al director de deportes de la cadena de todos. Mi amigo Juan, confeso anticlerical, me decía ayer que los Reyes habían actuado dignamente. Aguantaron el tirón de la pitada sin inmutarse. Se es Rey para las buenas y para las malas. Dice también que con esa presencia hicieron quedar mal a los irrespetuosos que no dudaron en manchar un bello evento deportivo con las heces de la política más ratera y barriobajera.
Cambiamos de tercio. La bella Soraya Arnelas quedó penúltima en Eurovisión, el evento que dicen solo interesa a frikis y gays. No pasa nada Soraya, tú ganarás más dinero que todos los demás artistas juntos. Y en un solo año. Hemos intentado desprestigiar el concurso con el envío del Chikilicuatre pero no aprendemos. Los países vecinos se apoyan. Los bálticos, claro está. Portugal y Francia se ríen de nosotros. Un grupo de opereta como el de Noruega vence a la dulce voz de Islandia y a nuestra extremeña de pro y a nadie le extraña ya. "La misma canción" decía un diario al día siguiente. Y con razón. Pero el año que viene tengo la solución: Vamos a vencer.
Todo pasa por la implantación de un Estado Federal completo en el que el Reino de España se vea amparado por sus repúblicas anexas: Catalunya, Euskadi, Valençia, Galiza y Cádiz -cantón independiente-. Total: 12 puntos por 5 naciones librevotantes. La victoria será nuestra sin dudarlo.
El único inconveniente se producirá el día de celebración eurovisiva, cuando un grupo de exaltados de Cuenca, León y Sabiñánigo realicen la gran pitada cuando recojamos el premio. ¿El motivo? Ya se nos ocurrirá alguno. Lo importante es protestar, sea cuando sea. Aunque hagamos el ridículo.
En la final de la Copa del Rey de fútbol se enfrentaban el Athletic de Bilbao y el FC Barcelona y la noticia saltó dos días antes: las aficiones radicales y/o republicanas y/o nacionalistas y/o separatistas de ambos equipos se habían puesto de acuerdo en realizar una sonora pitada cuando sonara el himno de España. Así pasó aunque no lo vimos. Unos, como yo, por atender las obligaciones paterno-filiales más básicas y otros, como mi amigo Funes, culé confeso, porque TVE decidió no emitirlo y aludiendo a un "error humano" salvaron el mal trago borbónico con una inocente conexión a Bilbo city.
Esa censura ha costado el puesto al director de deportes de la cadena de todos. Mi amigo Juan, confeso anticlerical, me decía ayer que los Reyes habían actuado dignamente. Aguantaron el tirón de la pitada sin inmutarse. Se es Rey para las buenas y para las malas. Dice también que con esa presencia hicieron quedar mal a los irrespetuosos que no dudaron en manchar un bello evento deportivo con las heces de la política más ratera y barriobajera.
Cambiamos de tercio. La bella Soraya Arnelas quedó penúltima en Eurovisión, el evento que dicen solo interesa a frikis y gays. No pasa nada Soraya, tú ganarás más dinero que todos los demás artistas juntos. Y en un solo año. Hemos intentado desprestigiar el concurso con el envío del Chikilicuatre pero no aprendemos. Los países vecinos se apoyan. Los bálticos, claro está. Portugal y Francia se ríen de nosotros. Un grupo de opereta como el de Noruega vence a la dulce voz de Islandia y a nuestra extremeña de pro y a nadie le extraña ya. "La misma canción" decía un diario al día siguiente. Y con razón. Pero el año que viene tengo la solución: Vamos a vencer.
Todo pasa por la implantación de un Estado Federal completo en el que el Reino de España se vea amparado por sus repúblicas anexas: Catalunya, Euskadi, Valençia, Galiza y Cádiz -cantón independiente-. Total: 12 puntos por 5 naciones librevotantes. La victoria será nuestra sin dudarlo.
El único inconveniente se producirá el día de celebración eurovisiva, cuando un grupo de exaltados de Cuenca, León y Sabiñánigo realicen la gran pitada cuando recojamos el premio. ¿El motivo? Ya se nos ocurrirá alguno. Lo importante es protestar, sea cuando sea. Aunque hagamos el ridículo.
Comentarios
yo opino según está el panorama que no estaria de mas salir por la puerta grande como ya bien hizo italia, y retirarse de este festival que no merece la pena!