BOCAZAS MORTAL
Un hombre en Estados Unidos que confesó en su lecho de muerte haber dado muerte a su vecino en 1977 fue acusado de asesinato tras recuperar la salud.
James Brewer podría ahora enfrentar la pena de muerte por un asesinato no resuelto en el estado de Tennessee hace 32 años.
Brewer quedó convencido de que estaba al borde de la muerte después de sufrir un derrame cerebral y, según los informes, confesó a la policía que dio muerte a tiros a Jimmy Carroll, un joven de 20 años.
Brewer, de 58 años, que había huido de Tennessee después del homicidio, fue arrestado cuando mejoró su salud.
"Quería limpiar su alma, porque pensaba que se iba al más allá", dijo el detective Tony Grasso, que entrevistó a Brewer en un hospital de Oklahoma, señaló un diario local.
Brewer se había mudado de Tennesse a Oklahoma después de violar los términos de la fianza que le impusieron cuando fue arrestado originalmente en 1977 en relación a la muerte de Carroll.
El ex trabajador de una fábrica cambió su nombre a Michael Anderson y se acomodó en la localidad de Shawnee con su esposa.
La pareja se mantuvo activa en la iglesia parroquial, donde la señora Brewer conformó un grupo de estudio de la Biblia, dicen los informes.
Después de sufrir el derrame cerebral, Brewer llamó a la policía a su lecho de enfermo en el hospital, donde confesó su crimen.
Los detectives expresaron que Brewer reconoció haber matado a Carroll, porque pensaba que intentaba seducir a su esposa.
Sin embargo, Brewer sobrevivió su enfermedad y se entregó a las autoridades en Tennessee, después de que estas fueran advertidas por la policía en Oklahoma.
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