ANÉCDOTAS (I)

Tengo una memoria de elefante, eso lo saben los que me conocen. Es algo irregular , también, dado que soy capaz de recordar el más insignificante detalle de algo sucedido en 1980 pero, en cambio, tengo una imposibilidad absoluta para hacerme con el nombre de algún compañero de carrera. Ahora sí, como ya sabe India, una vez que veo una cara, siempre me sonará. Con todo este párrafo introductorio voy a aprovechar para contar una anécdota que, a buen seguro, yo recordaré y otro no. Disfrutadla.

De como Ventiladorcular comenzó a salir a la calle los fines de semana.

Corría el año 93 y yo entraba en el extinto COU, donde uno de mis compañeros era un chaval desconcertante: Ventiladorcular es hoy su nombre. En cierta ocasión nos encontramos con una hora libre y estuvimos sentados en el patio anexo al campo de fútbol sala del Instituto. Hablábamos de música y gustos. Recuerdo que él llevaba su walk-man y me pasó los auriculares. Su voz aun resuena en mi cabeza: "Escucha esta canción, a ver qué te parece. Se llama "Redemption Song". El himno cantado por Bob Marley me trae sensaciones de barcos piratas y costas caribeñas bañadas por el sol.



En contraprestación, yo le dije que posiblemente le gustaría Jimi Hendrix, y que le traería un cd. Él inicialmente lo rechazó: "Sólo escucho U2, Queen y Bob Marley". Recuerdo, de hecho, que, coincidiendo con el aniversario de la muerte del cantante jamaicano, VC solía escuchar de corrido y en orden cronológico, todos los discos de Marley en 24 horas consecutivas. Yo le insistí en que escuchara el disco de grandes éxitos de Hendrix y él finalmente accedió, aunque a regañadientes, masticando que sabía que no iba a gustarle. Previamente me había dicho que no salía los fines de semana, no sé si por falta de ganas o de pandilla. Yo le había dicho que saliera conmigo y otros chavales de la clase el viernes y él lo rechazaba, seguramente por miedo a lo que pudiera encontrar ahí fuera. Era algo así como el síndrome de Estocolmo, pero al revés.

"Hagamos una apuesta -le dije-, si te gusta el disco tienes que salir con nosotros este viernes".


Al día siguiente llegó VC a clase y le pregunté. "Es genial, tiene raíces y autenticidad, como Marley, me lo he grabado". Lógicamente VC había olvidado su promesa y cuando se la recordé su cara se puso violácea, aunque finalmente, bajo las presiones de otros compañeros, dijo que saldría el viernes. VC tenía 18 años.

Llegado el día "D", hora "H", nos encontramos los varios amigos que habíamos quedado para salir en el lugar de reunión, que entonces era un güichi-bar llamado "La bodeguita". VC estaba allí y parecía pasarlo bien. En un momento dado, ví que algo sobresalía por el cuello de su anorak y, al fijarme, comprobé que era un cable de un auricular que descendía desde se oreja derecha.

"Me traje el walk-man por si me aburría", me comentó VC. "Hoy traigo Alan Parson´s Project, ¿te gusta?"

Yo sólo conocía "Eye in the sky", pero tras mandarlo a tomar por culo, VC consideró oportuno guardar su auricular y disfrutar lo más que pudiera con sus compañeros, tomando una coca-cola y hablando de tías, como es natural, puesto que, como Cenicienta, a las doce tenía que estar en casa. Justo a la hora en que en "la Alhóndiga" ponían siempre ska, y, si había suerte, el "No woman, no cry" de Bob.