SIN VACACIONES

Lo digo ya como una letanía y casi no tengo ni que esforzarme en pensarlo. Repetido una y otra vez a los que me oyen pierde fuerza, parece normal: Llevo años sin vacaciones. El menos que una semana que estuve en París de viaje de novios hace dos años y poco más. Todo viene de la facultad, cuando los veranos eran una lucha intensa por terminar la carrera. Luego, sin tiempo para descansar, hice el master y las prácticas gratuitas e inconstitucionales llamadas "pasantía", trabajando cada día y tarde durante un año y medio, lunes a viernes, para intentar aprender lo que era la profesión de la que ahora vivo de personas que no eran precisamente docentes -he sido elegante y comedido con esta definición-.

Con el tiempo me harté de la vulgaridad y abrí mi propio despacho, hace ya siete años, y los veranos siguieron sin de existir. El primero fue el del "montaje" del propio bufete, y luego no podía permitirme los días de cierre del mismo. Y cada vez menos y menos. Hasta el día de hoy en que gracias a mi compañero he podido ¡¡operarme!! sin tener que acudir, fotofóbico y dolorido, a atender las súplicas y exigencias de mi distinguida clientela.

Y en esto que me digo, cuando me recupere tomaré una semana libre de verdaderas vacaciones. Inmediatamente descarté tan extraño e irrepetible pensamiento con la mala suerte de que mi señora esposa se encontraba a mi lado. Y curiosamente, prestaba atención. Ficha movida, ficha perdida. Había que pensar en el "DÓNDE".

Quería ir a Galicia, la tierra de mis ancestros y los que aún viven, y llevarle la niña a su bisabuela para que pudiera bendecirla, pero "agosto, avión y Ferrol" son términos claramente antagónicos en una misma oración. Bueno, me dije, vamos a estar unos días en un hotel por aqui cerca, en plan relax, sin la "pulserita" de Punta Cana pero casi, y así desconectamos del fragor diario y lo que espera a la vuelta de agosto. Resultado: Hotel Barceló Sancti Petri: 6 noches: 2.400 €.

Así, como autónomo que soy, profesional independiente que no puede predecir sus ingresos del mes siguiente, he tenido que decantarme por el turismo rural y el glamour de la sierra. Una semana en una casa rural en Grazalema estaría bastante bien. Incluso he localizado una de las que se llaman "con encanto", que en vez de piscina, tiene "alberca". Por fin podré dar rienda suelta a mi placer porcino!! Y con esto no me refiero a la cata del jamón de bellota ni mucho menos. Retozar en el agua con la barbacoa al lado abrasando pinchitos con el suave rumor del viento y los cantos de las aves es mi más bucólica imagen del paraíso.


Sólo queda decidirse y huir, pero... ¿podrán superar mis clientes la ausencia de su abogado-psicólogo-terapeuta-psicólogo-estomatólogo? Lo último que deseo es que alguien se haga el hara-kiri (bueno, reconozco que en algún caso concreto no me quitaría el sueño) por no encontrarme en el puesto de mando, pero, como diría Don Corleone, "la mia famiglia e lo primero".

Por ello l@s divorciad@s consumid@s por la angustia y la desesperación, los empresarios moroseados que te llaman dos veces cada semana para preguntarte si el juzgado admitió ya a trámite su demanda presentada hace... una semana, el querulante que va rebotando de despacho en despacho porque nadie lo quiere o simplemente todos esos queridos clientes que me deben mucho dinero y que iban a pagarmelo precisamente esta semana que he cogido vacaciones, qué lástima, deberán aguardar un poco para volver a ver a su abogado del diablo, esperemos que con mejor visión de la que tenía antes.

Y, por supuesto, cómo olvidarme de todos vosotros, lectores iracundos que no perdonaríais una semana de vacío bloggero.

A todos vosotros solo he de deciros lo siguiente, que ya decían los clásicos:

"CACATIO MATUTINA EST TAMQUAM MEDICINA"

Baraka Dixit