EL PATRIMONIO DEL EDIL
Leo hoy en un diario local que el grupo socialista de mi ciudad ha propuesto que los miembros de la corporación municipal hagan un inventario de bienes patrimoniales privados al acceder a los cargos públicos, como ya se debe hacer en otros organismos del Estado mayores, como Senado y Congreso de los Diputados. Esta propuesta parte del Código de Buen Gobierno impulsado por la Federación Española de Municipios y provincias (FEMP) para evitar corruptelas y pelotazos y no es mala opción.
Desgraciadamente, como ya demostraron los hermanísimos de hace una década, es fácil engañar al fisco y a la justicia. Es una medida preventiva que evitará en un pequeño porcentaje que el edil que desee beneficiarse de la corrupción, lo haga. Sin embargo, los patrimonios de los cuñados, hermanos, madres, hijas, esposas -en régimen de separación de bienes- podrán incrementarse exponencialmente. Tampoco es posible ni exigible que la familia en línea recta y colateral hasta el cuarto grado de ese edil corrupto facilite una lista de bienes una vez o cada cuatro años. El camino estará claro para ese patrimonio zigzageante que evita ser localizado.
No es mala idea, ni mala medida, pero sí claramente insuficiente. Habría que orquestar algún tipo de control al respecto, algo así como una intervención contable anual, un control estricto de las actividades edilicias... pero me da la impresión de que por un lado se vulnerarían derechos fundamentales, y por otro, toda esta actuación supondría graves costes a la administración pública, que nosotros soportamos. En resumen, es más rentable dejar a los corruptos enriquecerse que proveer medios para encontrarlos y punirlos.
Pero, ya que estamos en crisis, ¿qué más da? Mejor gastarnos más dinero del que tenemos que permitir que los corruptos se beneficien de nuestro exceso de confianza...
Desgraciadamente, como ya demostraron los hermanísimos de hace una década, es fácil engañar al fisco y a la justicia. Es una medida preventiva que evitará en un pequeño porcentaje que el edil que desee beneficiarse de la corrupción, lo haga. Sin embargo, los patrimonios de los cuñados, hermanos, madres, hijas, esposas -en régimen de separación de bienes- podrán incrementarse exponencialmente. Tampoco es posible ni exigible que la familia en línea recta y colateral hasta el cuarto grado de ese edil corrupto facilite una lista de bienes una vez o cada cuatro años. El camino estará claro para ese patrimonio zigzageante que evita ser localizado.
No es mala idea, ni mala medida, pero sí claramente insuficiente. Habría que orquestar algún tipo de control al respecto, algo así como una intervención contable anual, un control estricto de las actividades edilicias... pero me da la impresión de que por un lado se vulnerarían derechos fundamentales, y por otro, toda esta actuación supondría graves costes a la administración pública, que nosotros soportamos. En resumen, es más rentable dejar a los corruptos enriquecerse que proveer medios para encontrarlos y punirlos.
Pero, ya que estamos en crisis, ¿qué más da? Mejor gastarnos más dinero del que tenemos que permitir que los corruptos se beneficien de nuestro exceso de confianza...
Comentarios