HACER TRAMPAS AL SOLITARIO (La Voz 16-05-12)

HACER TRAMPAS AL SOLITARIO

    Como punto de reunión, el Casino gaditano es magnífico. Su bella estructura, su aroma de antigüedad, los salones grandes, las lámparas de mil vidrios, son el recuerdo de una sociedad que se resiste a ser olvidada. Vienen haciéndose desde enero -los días doce- reuniones que buscan el diálogo sobre asuntos que puedan repercutir sobre la ciudad desde el prisma del Bicentenario de la Constitución de 1812. Las tertulias de nivel tuvieron ayer dos excepcionales invitados: Jorge Ramos, nuevo Delegado del Gobierno de la Zona Franca y la Alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, que llegó a los postres para embrujar a los ínclitos asistentes cual Barbara Stanwyck en “Bola de Fuego” (1941).

Ayer, como otros días de reunión del doce, el tema que propuso Miguel Nuche fue la posibilidad de, con motivo de la efemérides gaditana, hacer un encuentro de agregados comerciales y embajadores de las naciones iberoamericanas en Cádiz, antes de la Cumbre de Jefes de Estado, proponiendo el Casino como sede oficial. El guante fue recogido por José María García León, más humanista que historiador y más gaditano que americanista: su idea de crear una Carta Americana engloba la mixtura del Casino, las asociaciones de empresarios, autoridad portuaria, cámaras de comercio y las instituciones, y merece todo el respeto y desarrollo.

    Ramos es consciente de que tiene que poner en valor la Zona Franca (urgentemente) y Martínez sabe perfectamente la posibilidad que existe de recibir fondos del Estado (ninguna), y ambos se han ofrecido abiertamente a colaborar activamente en la redacción del anterior proyecto, uno, y elevarlo al Ministerio de Exteriores y cursar las invitaciones oficiales, otra. Teófila comentó la necesidad de abrir ventanas a Iberoamérica de nuevo, de consolidar el deseo de Nuche, García León o los hermanos García-Agulló de reactivar el triángulus gaditanus entre Cádiz, Jerez y Algeciras, como unidad logística de desarrollo económico y empresarial, a través de la iniciativa de los miembros del Casino gaditano, hoy día tan necesitado de cariño e inmerso en un proceso de adaptación al Siglo XXI.

    A mí, al margen de lo dicho arriba por personas más capacitadas y peritas, me gustaría ver nacer al albur de esta iniciativa, una feria de muestras comercial, empresarial e intelectual iberoamericana en Cádiz. Un foro multidisciplinar donde el hermanamiento entre pueblos que comparten los mismos apellidos sea una realidad. Pero no soy tan utópico: tal como ayer dijo la inteligente alcaldesa, pensar hoy día en este proyecto y no ir pasito a pasito, año a año, sin contar con fondos ni tiempo, sería hacer trampas jugando al solitario.

    Enrique Montiel de Arnáiz

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