HOY FUE MAÑANA - La Voz de Cádiz-ABC 24-05-15
Montiel de Arnáiz
@montieldearnaiz
Los días más temidos para un político son los dos anteriores a la jornada electoral, aquellos en los que se destapan las tramas ilícitas más truculentas, los pagos más oscuros, las querellas calentitas y recién puestas y hasta los líos de faldas (con menores de edad, si se puede). Somos cortoplacistas, los votantes, ese es el motivo por el que un mes antes de las elecciones las hormigoneras funcionan a pleno rendimiento y se empapelan las calles con caretos pixelados de los que quieren ser nuestras Mariacristinas (nos quieren gobernar). Y lo peor de todo es que, como el corrido, le seguimos-le seguimos la corriente y prestamos atención a estas charadas que demuestran la poca estima que tienen los servidores públicos de nuestro criterio.
Dicen los que saben de esto que los votantes conservamos lo que se imprime en nuestra retina a última hora, casi con el cuarto árbitro señalando el descuento, y no la memoria histórica municipal. Existen desgraciados antecedentes que acreditan la volubilidad de nuestro voto in artículo mortis, como quien dice; algo similar a lo que le pasa al que se convierte a la fe cuando le ve el rimmel a la de la guadaña.
Votamos hoy a los alcaldes de nuestros pueblos y el cortoplacismo es ya notorio. El que quiera revalidar sus anteriores cuatro años de gobierno sacará pecho mostrando un curriculum interesado y selectivo mientras que los que desean ser califa en lugar del califa (Iznogud dixit) nos señalarán, casi con el pitido final, que ellos son el cambio y la renovación, la revocación palpable de lo que va mal y que el otro, el adversario, no sustituye ni repara. Curiosamente, todos los partidos dicen ser “el cambio” pero la gente percibe que nada varía o que se va a peor, embutida como está en una espiral derrotista que proviene del 11M, o del 15M, que siempre me confundo.
Mañana será otro lunes de mayo y comenzarán el apuñalamiento, la rapiña, el regateo y el farol, aceptados como democráticamente adecuados por un sistema electoral que nos roba una segunda vuelta. Ojalá los políticos leyeran a Rosario Troncoso cuando dice: “Pierdo toda habilidad de mentir / siempre que vienes”. Pero mañana fue mañana y hoy será hoy.
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