EL PERROFLAUTISTA DE HAMELÍN (La Voz 11-09-11)
EL PERROFLAUTISTA DE HAMELÍN
El cielo era mar. Abre los ojos al mundo que trataste de dormir. Sigue allí, esperándote. El jolgorio y el llanto se distancian un segundo. El cielo era mar. Repítelo como si fuese a convertirse en verdad por mera letanía. Puedes ver la luz (exit light). Se llama mente, se llama liberación. O sea, un mantra sánscrito. “Abre los ojos, abre los ojos”. Aparece el psicólogo de Amenábar, un gran actor que nunca volví a ver (sería del PP). ¡Despierta! Y Zapatero despertó angustiado, empapado en sudor.
Somnoliento, como el chiste, le dice a Sonsoles: “no quiero ir al Congreso, se ríen de mí”. La esposa lo mira con ojos tiernos que ven en su interior lo que nadie y le contesta: “Déjate de historias Pepelu, levántate de una vez y vete, que para eso eres el Presidente del Gobierno”. Pinzas de depilar cejas. Cepillo de dientes con Colgate. Café oscuro, observando a sus hijas tomar los cereales Kellogs. “Lástima de puta foto”, piensa (los de León también dicen “puta”). Otrora, era el líder carismático de la neo-izquierda -el cielo era mar- y dio cauce a los matrimonios homosexuales y la ley de dependencia. Creó el Ministerio de Igualdad y descubrió a Bibiana, la miembra; a Leire, la planetaria; dio vidilla al viejo Rubal y ascendió (o degradó, según se mire) a Manolo Chaves. Dejó que el Rey mandara silencio a Chaves -¡Por qué no te callas!- puesto que él no podía defender a Aznar. Su electorado no lo permitiría. Pero se dejó retratar con la kuffiya, salió la foto de las niñas con Obama, y todo empezó a ir mal.
Buenos días. Buenos días, respondió el chófer. Al Congreso. Qué remedio, respondió el chófer. Los brotes verdes se los comió el lobo estepario de la crisis; se acabaron las mariscadas y los 4x4. Los bancos afilaban sus guadañas y tenía que protegerles, a los españoles, del trauma: Cuatro millones de parados, la hundida economía sumergida, la desesperación. ¿Quién era él para decir la verdad? Y, además, el partido se resentiría. Solbes ya sabía todo lo que venía, pero las elecciones estaban ahí, debía seguir dando sensación de optimismo, de Champions League, o lo perderían todo.
Pero luego llegaron la huelga de hace un año, la operación Faisán, el pepino de la Merkel, los controladores aéreos, la prima de riesgo y los traidores del 15M. Tomás Gómez les había marcado el camino. Y Carme Chacón, que no se iba a comer el marrón. Y el viejo Rubal poniéndose a disposición de la ejecutiva. Te van a crujir, le dijo, pero le dio igual. “Lo único, que tengo que romper contigo”. Otro “derechazo”.
Y ayer se publicó que sólo tiene 35.000 € en la cuenta corriente. Había dejado de ser el perroflautista de Hamelín para convertirse en el hazmerreir de España. El mar no era cielo, descubrió, cuando el chófer detuvo el coche y vio las cámaras y micros.
Enrique Montiel de Arnáiz
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