GÜICHILEAKS 2
En la edición de hoy de este diario iba a salir un reportaje de investigación sobre diversos documentos de España filtrados por Wikileaks. Curiosamente, poco antes de su impresión, toda la información desapareció y sólo unos pocos afortunados pudimos acceder a ella. Voy a tratar aquí de plasmar todo lo que leí por aquello del scripta manent –no sé si harán desaparecer este artículo también las fuerzas censoras de la oscuridad- puesto que la importancia de los datos era manifiesta. Al parecer la organización de Julian Assange, cuya única razón de vida es la filtración de secretos de Estado (y no de alcoba, como nos gustaría), creó en diciembre de 2009 una célula hispana centralizada en un ciber-güichi de la Isla y, desde ahí, ha venido accediendo ininterrumpidamente a las comunicaciones de gobierno municipal y oposición.
Pudimos ojear sin reparos que, tras las navidades, Manuel María de Bernardo aducirá razones personales para anunciar que no se presentará de nuevo a la alcaldía, anunciando que su sustituto será Manolo Prado. Ése es el motivo por el que le han obligado a aparentar “Leadership” para dirigir el rumbo de la nación en la crisis de la doble facturación. Otro de los cables filtrados daba cuenta de que, a la hora de enumerar los actos del Bicentenario de 1810, la persona que los transcribía se equivocó de año y pensó que los actos iban a ser para 1811, que era el que no correspondía. Dicha persona no ha sido cesada, de hecho los cables expresan que próximamente será ascendido a un cargo ejecutivo en la delegación de Urbanismo.
Los cables de la oposición aclaraban que Fernando López Gil no ha dimitido porque deseaba que Jaime Armario, su sucesor si no alcanzara la Alcaldía, tomara más experiencia e imagen pública. Numerosos mails de Carlos García Caballero a la dirección del partido expresaban fuertes quejas contra López Gil y, en uno de ellos, recuerdo que decía: “la Comunidad madrileña se me ha quedado chica”. Otras curiosidades de Wikileaks-Spain eran documentos escaneados como el ticket sin IVA de un arreglo de costurera de un traje de Maricha Espejo o un vídeo en formato punto avi de Franjo Romero en una sala VIP de un aeropuerto en México, junto con dos acompañantes.
Es la fiebre del güichileaks, la búsqueda de la verdad por encima de todas las cosas, el eterno retorno a Watergate, y a mí me parece muy bien. La censura por el bien mayor ha provocado mil tropelías y las tropas de Assange lo están documentando mientras les atacan donde más les duele; en la financiación. Visa, PayPal y MasterCard las han dejado sin cambio. Como respuesta, una legión de piratas informáticos ha iniciado una guerra de ciberguerrillas. Sea como fuere, una cosa resulta clara: El Ayuntamiento no tiene intimidad.
Enrique Montiel de Arnáiz
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