EL HARA KIRI (La Voz 19-12-10)
EL HARA-KIRI
El cielo engrisecía las nubes y anunciaba las próximas lluvias que caldearán la temperatura. Una hilera de vehículos aparcados –había numerosas comidas navideñas en los restaurantes del muelle- obligaba a dejar el coche en la lejanía, casi a la orilla del mar, sobre un manchón arenoso plagado de huellas de neumáticos. Hacía frío, mucho de ese frío polar que hiela el aliento y los corazones. Embozado en una bufanda entró al restaurante bufando. Se sentó lejos pero, luego, en la barra, nos pusimos a charlar. Él whiskey, yo ron. Lleva años vinculado a un partido político que empieza por Pé y termina por Soe. Me pareció descorazonado, inerte. Lo miro y le pregunto con maldad: “¿quién crees que irá de candidato a la presidencia, Rubalcaba o Bono?”. Exhala y suspira. Me responde: “Ojalá vuelva a presentarse el muchacho”. El muchacho es Zapatero, claro está. Continúa su análisis, sabedor de que luego haré el mío, y dice que si se creara el candidato perfecto a la presidencia, perdería igualmente, con lo que lo mejor es no quemar a nadie más. “Que se presente, que pierda –es imposible remontar esto- y entre otra gente; sólo queda rezar que Rajoy no saque mayoría absoluta”.
Abro el envoltorio de un bombón de chocolate relleno de chocolate, relleno de chocolate. Sigue hablando: “España no está preparada para otro tipo de candidato”. Le interrumpo: “¿Una que hable en catalán?”. Me dice sí pero le han hecho un lavado español de imagen le digo ya pero ni los propios militares la quieren. Asentimos mutuamente. Reflexiono sin darme cuenta que lo hago en voz alta: ZP ha regalado dinero a los padres fomentando la natalidad para luego dejarlos en la estacada, ha dado infinitas aportaciones al subsidio por desempleo y el beneficio de la deducción de los 400 €, ha atacado a las rentas altas, ha castigado las nóminas de los funcionarios, ha usado el ejército –o quizás fue Rubalcaba- para regular un conflicto laboral y, ahora, por si pensábamos que se había olvidado, ha decidido aumentar en dos años la edad de jubilación, tal y como ya advirtió en el pasado.
El compañero me mira y se encoge de hombros. Es socialista pero no comulga con ruedas de molino. “Lo dicho, que se vuelva a presentar, así no quemará a nadie más”. Afuera, apenas había siete grados. El camino de vuelta al coche se hizo corto porque la gelidez del ambiente animaba la rapidez de paso. Pensé que lo que Rodríguez ha estado haciendo no es sino un hara-kiri político, constante y reiterado. Subí al vehículo y puse el cd (sonaba Ozzy). Arranqué mientras pensaba lo injusto que es a veces el lenguaje que mal usamos. El samurai, si fallaba en la misión encomendada, se hundía un cuchillo en el vientre. Eso sí era responsabilidad politica. The End.
Enrique Montiel de Arnáiz
El cielo engrisecía las nubes y anunciaba las próximas lluvias que caldearán la temperatura. Una hilera de vehículos aparcados –había numerosas comidas navideñas en los restaurantes del muelle- obligaba a dejar el coche en la lejanía, casi a la orilla del mar, sobre un manchón arenoso plagado de huellas de neumáticos. Hacía frío, mucho de ese frío polar que hiela el aliento y los corazones. Embozado en una bufanda entró al restaurante bufando. Se sentó lejos pero, luego, en la barra, nos pusimos a charlar. Él whiskey, yo ron. Lleva años vinculado a un partido político que empieza por Pé y termina por Soe. Me pareció descorazonado, inerte. Lo miro y le pregunto con maldad: “¿quién crees que irá de candidato a la presidencia, Rubalcaba o Bono?”. Exhala y suspira. Me responde: “Ojalá vuelva a presentarse el muchacho”. El muchacho es Zapatero, claro está. Continúa su análisis, sabedor de que luego haré el mío, y dice que si se creara el candidato perfecto a la presidencia, perdería igualmente, con lo que lo mejor es no quemar a nadie más. “Que se presente, que pierda –es imposible remontar esto- y entre otra gente; sólo queda rezar que Rajoy no saque mayoría absoluta”.
Abro el envoltorio de un bombón de chocolate relleno de chocolate, relleno de chocolate. Sigue hablando: “España no está preparada para otro tipo de candidato”. Le interrumpo: “¿Una que hable en catalán?”. Me dice sí pero le han hecho un lavado español de imagen le digo ya pero ni los propios militares la quieren. Asentimos mutuamente. Reflexiono sin darme cuenta que lo hago en voz alta: ZP ha regalado dinero a los padres fomentando la natalidad para luego dejarlos en la estacada, ha dado infinitas aportaciones al subsidio por desempleo y el beneficio de la deducción de los 400 €, ha atacado a las rentas altas, ha castigado las nóminas de los funcionarios, ha usado el ejército –o quizás fue Rubalcaba- para regular un conflicto laboral y, ahora, por si pensábamos que se había olvidado, ha decidido aumentar en dos años la edad de jubilación, tal y como ya advirtió en el pasado.
El compañero me mira y se encoge de hombros. Es socialista pero no comulga con ruedas de molino. “Lo dicho, que se vuelva a presentar, así no quemará a nadie más”. Afuera, apenas había siete grados. El camino de vuelta al coche se hizo corto porque la gelidez del ambiente animaba la rapidez de paso. Pensé que lo que Rodríguez ha estado haciendo no es sino un hara-kiri político, constante y reiterado. Subí al vehículo y puse el cd (sonaba Ozzy). Arranqué mientras pensaba lo injusto que es a veces el lenguaje que mal usamos. El samurai, si fallaba en la misión encomendada, se hundía un cuchillo en el vientre. Eso sí era responsabilidad politica. The End.
Enrique Montiel de Arnáiz
Comentarios
Sea como sea la pintan cruda. Nos hace falta una salida más imaginativa. Salir de la crisis a base de sólo sacrificios duros lo puede gestionar cualquiera. Y paro el carro que me enrrollo.
Buen artículo, una vez más.