MI NUEVA AFICIÓN: EL TIRO OLÍMPICO
Desde hace aproximadamente un mes estoy comenzando a gatear en un nuevo deporte que siempre me llamó la atención: el tiro olímpico. Todo comenzó hace unos meses cuando, tras haber cobrado una minutilla, quise darme un capricho y compré una pistola de CO2 (aire comprimido) en el Corte Inglés de Cádiz, más concretamente una Beretta M92FS, réplica auténtica de las usadas por los policías de New York City. Ahora bien, antes de poder usarla tenía que sacar la tarjeta del arma, para lo cual tuve que adentrarme en los pantanosos terrenos de la administración pública, o sea, en la Jefatura de la Policía Local.
Allí me informaron que faltaba una "cartulina" que debía haberme suministrado el vendedor. El vendedor decía que tenía que dármela la Jefatura. Viceversa de nuevo. Consulta con la Guardia Civil de Cádiz: la Jefatura. Consulta con la Guardia Civil de Puerto Real: el vendedor. Tras muchos dimes y diretes, el chaval que me vendió la pistola me dijo que él era tiñoso (es decir, de Puerto Real) y que vivía cerca del cuartel, así que iría a coger cartulinas y me llamaría.
Entre unas cosas y otras, ahí estaba yo con mi pistola "virgen", leyéndome el manual una y otra vez y sin hacer un solo disparo. La leyenda del pardillo que salió al descampado a tirar y que vio su arma decomisada por el municipal o guardia civil que se lo encontró estaba presente en mi mente y no quería perder la Beretta.
Había oído que en Bahía Sur habían inaugurado poco tiempo antes una galería de tiro olímpico. Pese a ser una instalación municipal había que apuntarse previamente al club de tiro olímpico "Isla de León", y una vez inscrito, tenía que federarme. Hice todo ello. Ahora estoy haciendo un curso de iniciación al tiro (que también vale para la licencia F, es decir, para armas de fuego) y estoy bastante contento porque es un deporte que me gusta bastante, me ayuda a concentrarme, relajarme incluso. Soy yo y la pistola, el blanco y yo.
Ya he conseguido disparar mi arma, aunque con incierto resultado. Aparte de ello, esta semana iré a la galería de tiro a disparar sin munición, haciendo el gesto y fijando la mira y el alza antes, durante y después de apretar el gatillo. Es una forma de aprendizaje que me ha "impuesto" el profesor del curso "a pesar del gusanillo por tirar". Lo hago de buen grado porque él es un veterano y yo quiero aprender. Por lo demás, el ambiente allí es bueno, la gente es muy agradable y me ayuda a desconectar de tanto problema y tanta angustia que me envuelve en el despacho.
Es decir, lo considero un deporte altamente recomendable. Ahí queda dicho por si alguien se anima.
Allí me informaron que faltaba una "cartulina" que debía haberme suministrado el vendedor. El vendedor decía que tenía que dármela la Jefatura. Viceversa de nuevo. Consulta con la Guardia Civil de Cádiz: la Jefatura. Consulta con la Guardia Civil de Puerto Real: el vendedor. Tras muchos dimes y diretes, el chaval que me vendió la pistola me dijo que él era tiñoso (es decir, de Puerto Real) y que vivía cerca del cuartel, así que iría a coger cartulinas y me llamaría.
Entre unas cosas y otras, ahí estaba yo con mi pistola "virgen", leyéndome el manual una y otra vez y sin hacer un solo disparo. La leyenda del pardillo que salió al descampado a tirar y que vio su arma decomisada por el municipal o guardia civil que se lo encontró estaba presente en mi mente y no quería perder la Beretta.
Había oído que en Bahía Sur habían inaugurado poco tiempo antes una galería de tiro olímpico. Pese a ser una instalación municipal había que apuntarse previamente al club de tiro olímpico "Isla de León", y una vez inscrito, tenía que federarme. Hice todo ello. Ahora estoy haciendo un curso de iniciación al tiro (que también vale para la licencia F, es decir, para armas de fuego) y estoy bastante contento porque es un deporte que me gusta bastante, me ayuda a concentrarme, relajarme incluso. Soy yo y la pistola, el blanco y yo.
Ya he conseguido disparar mi arma, aunque con incierto resultado. Aparte de ello, esta semana iré a la galería de tiro a disparar sin munición, haciendo el gesto y fijando la mira y el alza antes, durante y después de apretar el gatillo. Es una forma de aprendizaje que me ha "impuesto" el profesor del curso "a pesar del gusanillo por tirar". Lo hago de buen grado porque él es un veterano y yo quiero aprender. Por lo demás, el ambiente allí es bueno, la gente es muy agradable y me ayuda a desconectar de tanto problema y tanta angustia que me envuelve en el despacho.
Es decir, lo considero un deporte altamente recomendable. Ahí queda dicho por si alguien se anima.
Comentarios
Ahora,tú no veas muchas series policíacas ni de gangsters ni de forenses,no vaya a ser que te piques demasiado! ;P
DONDE ME ESCONDERIA YO?
jejejejejeje
Como deporte me parece una buena opción, sin desgaste físico, desarrollo de la concentración y la habilidad, puntería.
Personalmente siempre disfruto tirando al blanco, dentro del respeto que se merece "cualquier" tipo de arma, ya sea de munición real o no, dado que son cacharrines diseñados para hacer daño, te recuerdo como le dejaste el culo a cierto amigo tuyo...
Yo me apunto a paint-ball der tirón!
Por cierto, Pablo, cuando lleves 60 tiros eso de q no hay desgaste físico me lo cuentas... Se te pone el hombro como el de Piccolo. Naturalmente yo no lo noto porque tengo una genética superior, pero los compis se vienen abajo que da gusto y el pulso tiembla más que Ventiladorcular delante de Rouco Varela
¿¡¡ Cuan bien te ha ido tu vida por usar bien un solo dedo !!??
Aúnque algo es mejor que nada.
Pero claro, ya sabemos que "esto" (gesto inequívoco) son "20 centímetros", así que...
Lo malo es que no tiene la precisión ni siquiera de una Tau Brn... que es lo menos que de despacha en tiro. Aunque está guapísima. En la galería ha causado sensación porque tiene da la sensación de ser de 22 mms.