HEREDAR, MATA
Decía Shakespeare que, indefectiblemente, las hermanas jamás se llevarán bien entre ellas. "Si heredan", apostillaría.
El proceso hereditario es, en España, una fuente inagotable de problemas, pleitos y rupturas familiares. Todo deriva del modelo latino de suceder recogido en el Código Civil: la legítima. Existe una serie de personas que son llamados a heredar del difunto por imperativo legal: descendientes, ascendientes, legitimarios, en suma. El modelo del que parte nuestro Código es el del Derecho Romano, en el que se busca la protección de la familia como nucleo cerrado. Sin embargo, el modelo opuesto es el anglosajón, en el que existe una auténtica libertad de testar, hasta el punto de que hasta la "lectura" del testamento no se sabe realmente quién hereda qué y bajo qué condiciones.
Con la herencia se producen grandes pleitos como el de Anne Nicole Smith o el del heredero nonato del sevillista Puerta, en los que lo que se está peleando no es la herencia del sucesor, sino la estabilidad económica del tutor del mismo (madre, padre, abuelo...). Además, vienen los problemas por las apropiaciones indebidas, los cambios en el testamento el día antes del fallecimiento, los dementes no incapacitados que "donan" en vida sus bienes a un heredero por delante de otros con el mismo derecho "a priori".
Y lo que más se produce en las herencias son las muertes: las del afecto, la del cariño fraternal, la de la decencia y la honradez... Es esto algo realmente triste. Lo decía hace poco un cliente mío: "cuando aparece el dinero se pierde todo". No acaba de enterarse la gente que el dinero sólo vale para gastarlo. Prefiero la sangre a la moneda. Quizás debiera afrontarse un cambio legislativo acerca del proceso hereditario español orientado a la libre testamentaría puesto que lo que inicialmente se previó para proteger a ese nucleo cerrado familiar, no hace sino disgregarlo y romperlo en pedazos. Aunque la culpa no es de la herencia, ni siquiera del muerto: la culpa es de los herederos y del puto dinero, que diría mi cliente.
El proceso hereditario es, en España, una fuente inagotable de problemas, pleitos y rupturas familiares. Todo deriva del modelo latino de suceder recogido en el Código Civil: la legítima. Existe una serie de personas que son llamados a heredar del difunto por imperativo legal: descendientes, ascendientes, legitimarios, en suma. El modelo del que parte nuestro Código es el del Derecho Romano, en el que se busca la protección de la familia como nucleo cerrado. Sin embargo, el modelo opuesto es el anglosajón, en el que existe una auténtica libertad de testar, hasta el punto de que hasta la "lectura" del testamento no se sabe realmente quién hereda qué y bajo qué condiciones.
Con la herencia se producen grandes pleitos como el de Anne Nicole Smith o el del heredero nonato del sevillista Puerta, en los que lo que se está peleando no es la herencia del sucesor, sino la estabilidad económica del tutor del mismo (madre, padre, abuelo...). Además, vienen los problemas por las apropiaciones indebidas, los cambios en el testamento el día antes del fallecimiento, los dementes no incapacitados que "donan" en vida sus bienes a un heredero por delante de otros con el mismo derecho "a priori".
Y lo que más se produce en las herencias son las muertes: las del afecto, la del cariño fraternal, la de la decencia y la honradez... Es esto algo realmente triste. Lo decía hace poco un cliente mío: "cuando aparece el dinero se pierde todo". No acaba de enterarse la gente que el dinero sólo vale para gastarlo. Prefiero la sangre a la moneda. Quizás debiera afrontarse un cambio legislativo acerca del proceso hereditario español orientado a la libre testamentaría puesto que lo que inicialmente se previó para proteger a ese nucleo cerrado familiar, no hace sino disgregarlo y romperlo en pedazos. Aunque la culpa no es de la herencia, ni siquiera del muerto: la culpa es de los herederos y del puto dinero, que diría mi cliente.
Comentarios
Como bien dices, nuestro Código Civil, que como apuntas procede del derecho romano, está obsoleto, en cuanto a testar se riefere (y en otros asuntos varios, que espero te encargues de tratar en otro post).
Pero amigo, cuando el que tiene que testar pertenece a esa tierra del norte de España llamada Pais Vasco, la cosa se complica, porque depende donde estés, será el derecho foral, el común, un "guirigay" oiga, que yo la verdad lo que quiero es vivir, y gastarme indecentemente lo que tan decentemente me gano...Señores legisladores, a ver si se van dando cuenta que la sociedad ha evolucionado (ya saben que los homosexuales se pueden casar no?) pues digo yo, si tengo derecho a casarme con quien quiero, cuando leñe voy a tener derecho a dejar lo mio a quien me plazca (bien está que sean protegidos y salvaguardados los derechos de los menores, pero de ahi en adelante, quiero morir dejando lo mio a quien me de....)
Un saludo y a testar con alegria (que digo yo, poca gracia hace)
Lo cierto es que lo ideal es hacer testamento, porque luego vienen los problemas (y gastos) para los que se quedan en tierra.
Y estoy totalmente de acuerdo con la realización de un testamento libre al 100 % (ahora mismo lo es al 66,6 % solo), respetando unas formalidades, por supuesto. Además, la redacción de esos testamentos sería casi-literaria!!!
En serio, creo que se deberia plantear una reforma del código civil, la sociedad cambia, el concepto de familia ha cambiado, por lo tanto el derecho sucesorio debe ir acorde a los tiempos.
Un saludo y gracias por la visita.
Amenazo con volver
saludos
Y ahí es donde quiero llegar, puesto que en nuestro sistema hoy, con una protección social consolidada, la tutela de los menores desamparados por parte de la administración, y demás medidas sociales, es innecesario la existencia, no ya de la legítima, sino también de instituciones obsoletas, que no conoce la gente del común, y que también limitan la libertad de testar como las reservas o las reversiones.
P.D.-Cambia el formato del blog, que las letras blancas sobre fondo negro es incomodisimo para leer. Se te quedan en la retina durante minutos.