EL NECRO-COMIC-CÓN
Decía Manrique (“Coplas
por la muerte de su padre”, puntúo yo): “Recuerde el alma
dormida, avive el seso e despierte, cómo se pasa la vida, cómo se
viene la muerte, tan callando. Cómo, a nuestro parecer, cualquiera
tiempo pasado fue mejor”. Y aunque en una sola vez de cada mil nos
parezca que no, es la verdad: el pasado lo dejamos guardado en una
caja de zapatos junto con los cromos de Butragueño y Guardiola, el
reloj de los Transformers y el rizado cabello de nuestro primer amor
(suerte que trabajábamos en una peluquería como barrendero). Y la
que no, la vez que el futuro es mejor que lo dejado atrás, habría
que disfrutarla como merece, tomando arroz con langostinos en la
cervecería “El Barril” de Puerto Real (donde encontré al ex
alcalde Pepe Barroso, fumando peores habanos que los de antaño,
desgraciadamente). Se lo recomiendo a la buena gente que
desgraciadamente dejó de publicar en LA VOZ a primeros de año por
mor de los necesarios ajustes, el arroz digo no a Barroso, y hasta
los langostinos. Id allí, recomendados, los reporterosjerez:
el inteligente Wayne, mi habilidosa Almudena, la desmemoriada
Virginia, y la explosiva Pepa. No os atragantaréis. Sois gente que
miró a la cara al destino con rostro de Clint y le disparó al
entrecejo como Eastwood.
Y un poquirritín de esa
capacidad de superación deberían tener los organizadores del
Comic-Con 2012, que se lamentó en IFECA (Jerez) en una desgraciada
mezcla de peña rara necrocomicona. Allí cabían todas las tribus
urbanas: los frikis (entre los que me incluyo), los otakus (les
robaron el Salón Manga), los picados de los videojuegos, heavys
(satánicos o no), jugadores de rol, lanzadores de dardos,
presidentes de comunidad y hasta -gracias a Odín- el eterno titular
de la librería “Leviatán” de Cádiz, recién estrenado su nuevo
local, en donde adquirí “El Gavilán” para mi colección. Son
costumbres. Hace años estuve en el Salón del Cómic de Granada y no
tenía nada que ver con lo que vi en los Jereles, ni en el Salón
Manga del pasado. Quizá hubiera estado mejor si en vez de en IFECA
se hubiera hecho en un espacio más pequeño, todo más concentrado.
Pero poco futuro auguro a este evento de gente tan dispar. Y no por
su disparidad sino por su dispersión. El grimorio puso el nombre al
artículo. El Cómic-con de los muertos.
Miramos el futuro con
esperanza (y sin Esperanza) pero en nuestro interior sabemos que cada
minuto que pasamos somos menos felices que el anterior, y eso nos
entristece.
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