RUBALGATE ( La Voz 8-08-11)

Hace unas semanas acabé de ver varias de mis series de televisión favoritas. Murieron House, El Séquito, Juego de Tronos, The Glades, El declive de Patrick Leary y Crónicas Vampíricas y llegaron el verano y las (siempre cortas) vacaciones a llamar a mi puerta. Y en estas que, ventana abierta, mosquitera echada, entrando gota a gota el fresquito del anochecer, decidimos en la democracia limitada que es el matrimonio (o sea, una autarquía) que la siguiente serie que veríamos sería la exitosa Mad Men, cuyas dos primeras temporadas teníamos regaladas hace un par de años. Es grande, no sé si llega al nivel de Los Soprano, pero lo cierto es que mejora capítulo a capítulo, dejando traslucir los vericuetos de la personalidad humana: los prejuicios, el machismo, la traición, la ambición, la infidelidad, la psicopatología, la trampa. Visto el mundo del publicismo desde una alta inteligencia, termina la primera temporada con la victoria de Nixon frente a Kennedy. Lejos estaban aún Bahía de cochinos, Marilyn Monroe y el escándalo del hotel Watergate. Siguiendo la línea cinéfila recuerdo el estreno de ‘J.F.K.’, realizada por dos iconos de Hollywood venidos a menos: Oliver Stone y Kevin Costner. En el viejo cine Almirante, hoy Centro de Congresos de la Isla de León, cargado con una bolsa de esas gominolas que vendían en la puerta porque no se permitía la entrada de chucherías «de la calle», me tragué las tres o cuatro horas de filme por el que parecía apuntarse un complot para asesinar al Presidente Kennedy. Y la enlazamos con la más grande aún ‘Todos los Hombres del Presidente’, del tenebroso Alan J. Pakula y vemos que el aleteo de una mariposa comenzó con el escándalo del Watergate. Y de ahí a Guantánamo hay un paso.
Y ahora nos enteramos de que una empresa con nombre de local de contactos sexuales, ‘Interligare’, pudo amañar en comandita con el Ministerio de Interior del Gobierno de Zapatero numerosos concursos públicos a cambio de espiar a altos cargos del Partido Popular. Los cachondos de turno han denominado este escándalo de las escuchas como ‘Rubalgate’ y la verdad es que nos hace sospechar. De Rubalcaba leemos que estaba relacionado en lo del GAL y en el Caso Faisán, y lo enlazan con el comentario a Carlos Floriano y la denuncia de Cospedal de las escuchas del año 2009. Pero de oír todo eso a considerarlo cierto dista mucho. Aunque si hablamos de corazonadas –esas que tanto se producen en Mad Men– siempre que me hablan de Rubalcaba recuerdo ese comentario que me hicieran sobre él: «Nunca le compraría un coche». Y me solazo.
Se habla con frivolidad de un tema que de ser cierto sería gravísimo y que en otras democracias más novatas implicó la dimisión de un Presidente gubernamental. Y ahora dirán unos que es la misma mafia de siempre y otros que es una persecución política. Y nosotros, los ciudadanitos, seguiremos con cara de tontos esperando entender algo, soñando con ser guapos y listos y Don Draper, el interligón genio de la publicidad. Todo lo que Rubalcaba siempre quiso ser y nunca fue.

Comentarios

Martillo Pilón ha vuelto ha dicho que…
Cualquier cosa de Rubalcaba. Recuerdo cuando la Sra. De Cospedal comentó acerca de sus sospechas y cuando Rubalcaba dijo que él lo veía y lo escuchaba todo (que escalofrios viniendo de su parte) sin embargo, podemos estar tranquilos, aquí, en esta España nuestra, no dimite nadie, ni Siquiera Sanchez Gordillo
Un abrazo
Baraka ha dicho que…
Querido martillo pilón, cuanto tiempo!! Tus sagaces y siempre bien informados comentarios se echaban de menos. Abrazo fuerte!

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