OTRO TRAJE, POR FAVOR

No he seguido muy de cerca el caso Gürtel -que tiene nombre de cuando uno se engollipa comiendo albóndigas- pero sé que es algo referente a la corrupción política -del PP- y que hierve la sangre de los partidarios del grupo contrario, el socialista. Lo que me preocupa realmente de este tema y sus secuelas -los trajes de Camps, claro está- es la manera en que parece manipularse, mediatizarse (del latín, media-pro) y trivializarse o magnificarse. No es lo mismo que un tío denominado "LB" se quede con una pléyade de millones a que se regale -o se adquiera- unos trajes el Presidente de la Comunitat Valenciana, sin probarse que se le obsequiaron o los compró, que fue a cambio de favores o por lucir publicidad al modo de Leo Messi con sus botas de fútbol.

No veo mucha base penalística -recordemos, el derecho penal es última ratio- pero sí mucha mala leche y ganas de desprestigiar y tapar otros charchos con maderos de pino, color nogal. El TSJ Valenciano ha dicho que no hay tipo penal aplicable a los hechos denunciados y la Fiscalía General del Estado y/o la Anticorrupción ha publicado una NOTA DE PRENSA anunciando que va a recurrir. Supongo que eso será algo normal en los Madriles pero creo que con dicha manifestación el Ministerio Fiscal se excede y, dicho sea de paso, se le ve el plumero. Por eso cada día trabajo más con la Justicia y creo menos en ella, o creo con matices, porque no veo una objetiva que proteja al ciudadano sino que se ve prostituida por maniqueísmos y tonterías, prejuicios y prebendas, directrices a seguir o líneas doctrinales familiares.

Así las cosas, intuyo y predigo que cuando el Tribunal Supremo resuelva el/los recurso/s contra el sobreseimiento de Camps & company (no confundir con) los dirigentes del PP se llevarán un disgusto y, posiblemente, hayan de adquirir lotes gruesos de tila. Porque el TS dicen que es un órgano político, o sea, del que manda. Y por tanto, próximamente Camps no va a caber en su propio traje. Al tiempo.