AMBULANCE CHASERS


Lo más importante es ser el primero en llegar al cliente. Esta es la actual obsesión de los bufetes anglosajones que aterrizaron la semana pasada en Las Palmas de Gran Canaria con el objeto de representar legalmente a las familias de las 154 víctimas del trágico accidente de Barajas del pasado 20 de agosto.

En España estamos acostumbrados a ver en los escenarios de la tragedia a médicos, bomberos, policías, voluntarios y periodistas, pero no tanto a abogados. En Estados Unidos, por el contrario, existe un determinado tipo de representantes legales, cuya presencia no falla en el lugar del accidente. Por razones de ética y de estética, les bautizaron en su día con el nombre de “ambulance chaser”, o seguidor de ambulancias, y durante un tiempo despertaron en América el mismo recelo que suscitaron la semana pasada en nuestro país.

De los cinco bufetes que según Europa Press se personaron en Canarias, se sabe el nombre concreto de dos: Ribbeck Law, un desconocido bufete de Chicago presidido por los abogados, Manuel Von Ribbeck y Mónica Kelly y Podhurst Orseck, un reputado despacho de Miami, presidido por Aaron Podhurst que se ha aliado con el bufete español, Fernando Scornik Gerstein.

Ribbeck law carece de las acreditaciones de Podhurst Orseck –que figura en primera línea dentro de su especialidad en el directorio de Chambers USA- pero hasta ahora ha sido el que más se ha dado a conocer en los múltiples medios de comunicación españoles. Con su eslogan, “representando a clientes del mundo entero en juzgados norteamericanos”, Ribbeck law dice haber llevado el mayor número de casos de aviación internacional. Sus presidentes están ahora en España y, tras cerrar acuerdos con al menos tres familias de las víctimas en Las Palmas, llegarán este mismo lunes a Madrid.

En América, independientemente de cuál haya podido ser la verdadera causa del accidente, las pérdidas y daños físicos y psicológicos derivados del mismo son suficientes para poder iniciar los numerosos litigios contra las compañías involucradas. En el caso del accidente de Barajas, de las tres compañías con posibles responsabilidades -Boeing, Pratt & Whitney y Spanair-, Ribbeck law ha optado por demandar a Boeing, que es la fabricante del armazón de la nave MD-82 siniestrada.

“Posiblemente hayan optado por Boeing porque consideran que pueden obtener indemnizaciones más elevadas”, dijo a este diario Ronen Avraham, profesor asociado de la Escuela de Derecho de la Universidad Northwestern en Chicago.

Bajo el sistema norteamericano, la cuantía de las indemnizaciones se determina calculando la suma total de ingresos que el fallecido ganaba y que la familia dejará de percibir, y el valor del daño psicológico que supone la muerte de un ser querido. “El total de esta cuantía es mucho mayor en Estados Unidos que en España”, afirmó Avraham. En Estados Unidos los familiares de las víctimas de accidentes como el de Barajas reciben como mínimo un millón de euros en concepto de indemnizaciones. Bajo el sistema español los familiares recibirán alrededor de 150,000 euros.

Tras el artículo publicado este miércoles por el Wall Street Journal, se sumaron a la motivación económica de demandar a Boeing toda una serie de razones técnicas, que fueron utilizadas por los abogados de Ribbeck para argumentar en los medios la demanda contra la fabricante norteamericana. Las explicaciones técnicas publicadas por el WSJ fueron el fruto de las filtraciones de algunas conclusiones a las que llegaron los miembros que integran la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil.

Según expertos legales norteamericanos, los procesos judiciales que se inician en paralelo a la labor de la Comisión se ven muy influenciados por lo que se determine en ésta. “Si finalmente la Comisión española llega a la conclusión de que la culpa del accidente recae en Spanair, las demandas tendrán que ir en contra de la aerolínea española”, aseguró Avraham.

Algunas familias criticaron el hecho de que Ribbeck Law convocara una rueda de prensa para publicitar sus servicios. “Están utilizando nuestro dolor”, se quejaron algunas de ellas. Pero este recelo no existe en norteamerica. Según Avraham es una práctica habitual que las firmas se aproximen a los familiares de las víctimas de un accidente para informarles de la estrategia legal. “Las victímas no saben cuáles son sus derechos”, dijo Avraham, quien añadió que probablemente los recelos se deban a diferencias culturales. “Me da la sensación de que la sociedad española tiene un espíritu colectivo, donde los conflictos suelen resolverse amistosamente”.

Pero más allá de las diferencias de cultura, está el hecho de que son dos sistemas diferentes. En el norteamericano no existe apenas regulación ni tampoco hay coberturas sociales que protejan a los damnificados. Es por lo que la sociedad depende de este tipo de prácticas legales, que hasta ahora han sido inexistentes en Europa.

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