CAMARÓN, MONTIEL - La Voz de Cádiz-ABC - 12-04-15
CAMARÓN, MONTIEL
Montiel de Arnáiz
@montieldearnaiz
Lo confieso: no he leído Camarón, vida y muerte del cante, esa biografía dopada de literatura que escribió Enrique Montiel en 1992 y que se extinguió como los dinosaurios años después. Digamos que apenas he ojeado sus páginas para admirar las fotografías que integra, como la de la primera entrevista que hiciera a Camarón para El Mirador de San Fernando un joven Montiel igualito a mi hermano Pablo.
http://www.elguichidecarlos.com/alacena/lospaisanos/gentesdelaisla/unaentrevistaacamaron..HTML
Es una vieja querella: me la guardo, su lectura -como la de Calle Comedias o Mal de Piedra- para cuando mi padre falte. Soy un tipo raro, qué les voy a decir. Así me parió una gallega. Y sin haber leído ese libro de Camarón que fue traducido al braille, el 25 de agosto de 2008 adquirí por 80 euros su otra edición, la de bolsillo, en la librería Goulds Book Arcade, de Sidney (Australia). Inicié entonces una difícil misión: persuadir al autor de que ampliara y actualizara su obra camaronera.
Volaron siete años. Mañana lunes, 13 de abril, a las 20.00 horas, Ricardo Pachón y Paco Cepero presentarán en el Centro de Congresos de San Fernando la nueva edición ampliada -revisited, dicen en Sidney (Australia)- de Camarón,Vida y muerte del cante, de Enrique Montiel, editada por la Diputación Provincial de Cádiz. Mucho tiempo ha pasado desde que Pepe Oneto llamara por teléfono a su amigo y le pidiera que hilvanara la biografía de José Monge Cruz. Recuerdo aún las tardes del verano de 1992 en las que mi padre y yo rescatamos las letras de los cantes de Camarón de la Isla, armados con walkmans Sony, folios del galgo y bolígrafos Bic. Han transcurrido una Llave de oro del cante, un film desastroso y hasta una coproducción musical de Pachón y Montiel mostrando a un Camarón triunfante en la Venta de Vargas.
A veces la vida da estas satisfacciones: unas bulerías que no son nazis, alegrías que sin ser tuyas se comparten como propias y te hacen inmensamente feliz. Y bajo el son quedo y vibrante del martinete saltas del tango de tu vida para acudir a la llamada de las seguiriyas de los grillos. Camarón, Montiel, mañana: otro fandango con lazos de sangre, que diría el poeta.
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Un abrazo!