Dicen los que saben de antropología que la mujer nació de una costilla de Adán, blanca e incólume, virginal, y que luego pasó todo lo demás. El inicio tautológico de todo principió con un hombre y una mujer apareados. Luego, el hombre se hizo mayor y la mujer fue a celebrar la Pascua a su tierra natal, poblada de Dioses de otras épocas, otrora todopowerfulls. El hombre, angustiado por el descenso a los infiernos de su Casa, huyó a tierras lejanas repletas de negros y depredadores, dispuesto a enfrentarse a muerte con los principales proveedores de marfil del mundo, buscando un osario propio entre cementerios paquidérmicos. Armado de su magnífico fusil, pertrechado con una silla especial de caza, al hombre no le dio tiempo a luchar, cara a cara, con el Presidente de la República Selvática, hasta el ocaso del día. Un tropezón lo lanzó de bruces a su retiro, a la jubilación que a los 74 años tantos le exigían, y que, como digno espécimen de su linaje, se negaba a aceptar. De su ca...