NO DA PARA (MAS) - La Voz 2-10-2011
NO DA PARA (MAS)
Si soy invectivo, xenófobo, tendencioso y prejuicioso y digo que los catalanes son unos rácanos que sólo miran por su propia pela, peseta, euro o perrachica. Si lo expreso en un foro público, ornamentado y televisado en directo. Si se me escapa, porque naturalmente jamás diría algo así salvo que fuera en la feria, ebrio de manzanilla y sobrio de purito, rodeado de mis vecinos del cortijo, duquesas eternas, bailaoras de faralaes y cantaores aguardentosos. Si digo, además, que los niños catalanes muestran retraso en expresión verbal (y omito que destacan en expresión numérica) porque cuando se expresan no los entiende nadie.
Si digo todo eso, naturalmente, cuando mañana me levante genuflexionado de mi cama con dosel y crucifijo de Dalí y vea que todos los medios de comunicación han recogido mi patinazo, cuando vea que los políticos desconocidos que intentan que su nombre se conozca algo de aquí a las elecciones autonómicas me ataquen, gravemente ofendidos, diciéndome cosas que suenan mal pero que no entiendo porque de niños aprendieron a parlar catalá en vez de la lengua de los andaluces, que no es otra que el Español-Spanish (y no el castellano, que es la lengua en la que Rodrigo Díaz de Vivar se cagaba en los muertos de los moros de la morería). Decía –me he perdido- que cuando mañana me levante, mi pléyade de asesores y peluqueros (Llongueras en andaluz es Yonguerah) me dirá que qué has dicho, macho, la que has liado, que se nos han indignado los tontos del haba de los inmigrantes catalanes que votan al Partido Andalucista y se sienten de Triana, de la Viña, de Gran Capitán o de Almendros Aguilar pese a haber nacido en Sant Sadurní de la Gran Olla.
Yo que he sido concejal durante ocho años en el Ayuntamiento de los Caños de Meca, que tengo más vidas y menos libros que el gato del maestro Antonio Burgos, pienso en una solución rápida y eficaz: El malentendimiento, la disculpa, el me he equivocado, mireusté. Y a ver si vuelve a caer ETA por vigésimocuarta vez y se olvidan de mí aunque mi popularidad entre los nacionalistas independistas de Al-Ándalus sigue subiendo como la espuma y algún día podré sacar del armario mi uniforme de torero con los colores del Betis, besar la bandera verdiblanca con la cara de Blas Infante en su centro y cantar a voz en grito el himno de mi patria a capella con José Mercé.
Pero claro, siempre habrá algún articulista imbécil que me dirá inculto y se ciscará en mis castas morávides pese a haber estudiado con el Micho-2, igual que él, y dirá que todo procede, según su caduca interpretación freudiana, de mi gravísimo complejo de superioridad, que como todo el mundo sabe, es que me siento superior porque tengo inferioridad fálica. Pero me dará igual lo que me digan porque no los entiendo y porque yo soy más de Jung.
Enrique Montiel de Arnáiz
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