EL HOMBRE SIN NADA QUE DECIR (La Voz 7-08-2011)
EL HOMBRE SIN NADA QUE DECIR
No sé si volveré. El viento es agradable y poco levantisco, huele a higo chumbo y a césped y a sombra. El agua de la piscina, cálida a la medianoche y la toalla, constantemente húmeda y aclorada. El móvil en vibración y la espalda roja, la mente inquieta, como siempre, pensando en más de una cosa cada vez, a punto, como he estado de hacer el viaje de Zapatero: noche y vuelta de Doñana. Como dice una: redículo. El paradero era secreto pero ya da lo mismo: Estoy en Mojácar (Almería), junto a la playa. No he ido aún al pueblo porque posee cuestas escarpadas y, aunque el coche es automático, se me gripa la copiloto. Increíble Mojácar, tanto en tan poco, con tantos mínimos. Y, mientras, asido a la realidad por la prensa digital y Tweeter, leo al humorista _ManuSanchez_, camino de Tarifa, leyendo al columnista de “Público” iescolar, camino de la concentración de los indignados, leyendo un artículo del diario “The Economist”.
Ronny James Dio desgarra su voz cantando “Holy Diver” y los dedos van más lentos que el cerebro, como siempre. Apenas me he despertado del sueño vacacional: ha subido la prima de riesgo de la tasa del paro del endeudamiento neto del bono de indignación español. O algo así. Pero, ojo, Italia va peor (no en vano, ellos tienen a Berlusconi). Sería un buen eslogan publicitario para colgarlo en lo alto de una nave industrial cerrada de un polígono empresarial desierto: Italia va peor. Così fan Tutte, dijo Amadeus: intercambiaos las esposas, amigos. Copula con mi riesgo y yo con tu paro.
Y pincho el hiperenlace. Me dirige a la dirección titulada “Anyone want to run this country?” (Quizá los catalanes, me digo embrujado por el olor dulce secado al horno que entra sibilino del patio contiguo). Abajo, una fotografía, subtitulada: “Rajoy, the man with nothing to say”. Aparece el líder del “People´s Party” en pleno alegato, con la boca abierta y torcida, los ojos de loco y la cara de tonto. El antilíder. De un bocado leo el texto, donde el autor, desconocido, destripa sin piedad a Zapatero, Salgado, Rubalcaba… y termina diciendo en un breve párrafo que Mariano Rajoy tiene un problema: si se mantiene moderado ganará el apoyo de los votantes y perderá el de los mercados y Bruselas, que le exigen mayor severidad. De repente vuelvo a Tweeter, busco a iescolar y leo su comentario: “Brutal el artículo de The Economist sobre "Rajoy, the man with nothing to say”. Alucino en colores del arcoiris y le dejo un comentario (que él no contesta). Cojo el bañador y me lanzo a la arena de la playa de Carboneras pensando en ésos a los que, si les preguntas por los conceptos de responsabilidad y culpa, te responden que Italia va peor, aunque la que vaya peor sea España. Redículos, como dijo una.
Enrique Montiel de Arnáiz
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