LULA Y KARLOS (La Voz - 17-04-11)

LULA Y KARLOS

El cielo de Cádiz refulgía con claridad, la arena blanca, la mar espesa. Sabíamos que llegaban los vientos y nos preocupaba que tras ellos advinieran las lluvias justo en Semana Santa. Estaba la ciudad en vilo, la gente de loza en loza, los televisores encendidos y los bares llenos. Llegaba Lula, llegaba Karlos. La semana pasada, en mi artículo, un indecente eurocabreado manifestaba su analfabetismo cerril despreciando a un símbolo del tesón, la democracia activa y la autosuperación como es Luíz Inacio “Lula” da Silva, ex Presidente de la República de Brasil. Lula es el séptimo hijo de una familia de obreros y ha demostrado durante su vida tantos logros que se ha convertido en un referente como líder de izquierda que cuidó a su pueblo por encima de la ideología, rodeado tanto de conservadores como de trotskystas. Dicen que su discurso fue largo e impresionante, agradeciendo la distinción “Libertad Cortes de Cádiz” que la Alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, le hizo con ocasión de los fastos de la celebración del bicentenario de la Constitución de 1812.

Esa misma mañana, a pocos kilómetros, un enjambre de supuestos periodistas se apelotonaba a las puertas de la Audiencia Provincial de Cádiz. Eran muchos más, seguramente, que los que cubrirían el acto institucional del líder brasileño. Curiosos y visitantes preguntaban qué ocurría, qué tripa se había roto. El juicio de la “Operación Karlos” había llegado al pueblo. La trama ya la conocen ustedes de sobra: una especie de fraude de los ERE´s pero con la sanidad pública. A cambio de unos 24.000 € se vendían pagas de invalidez vitalicias. La mangancia habitual a la que estamos ya acostumbrados, vamos. Pero este juicio era especial, muy especial, porque en él se halla imputada María José Campanario, esposa del torero Jesús Janeiro –Jesulín de Ubrique-, objeto de la prensa más frívola, carmesí y hetero.

El pueblo aprendió ayer más de Derecho que de Libertad y la culpa la tuvieron esos periodistas que no buscan la noticia, sino el escándalo. Ayer se hablaba en el mercado de abastos de la ilegalidad de las escuchas policiales. La pescadera comentaba la estrategia procesal del Letrado de la Campa. El jubilado tenía claro que se la iba a jugar en el juicio oral para luego recurrir al Supremo. La celadora lo dijo con meridiana perspicacia: cuanto más tarde en salir la Sentencia, mejor para los Janeiro. Y para la Esteban.

Y ese discurso del Presidente Sindicalista Lula da Silva, que no pude escuchar pero me dijeron fue maravilloso, quedó flotando en una tarde soleada, donde el viento de levante empezaba a despuntar en el estrecho, camino de la alerta amarilla. Flotaba y pocos lo cogieron al vuelo, ocupados como estaban en la comprensión y análisis del juicio más relevante de lo que llevamos de democracia, engolados en su disfrute de la caída a los arvernos de una mujer famosa y adinerada, que clamaba su inocencia en un desierto blanco donde nadie la creía ni la cree. En esta España de charanga y mangoleta.

Enrique Montiel de Arnáiz

Comentarios

Jesús Varela ha dicho que…
Sin quitarle mérito a Lula da Silva te comentaré la realidad de Brasil que yo conozco. Lula creo políticas de expansión económica que ha creado riqueza para los ricos y mucha pobreza para los pobres.Es cierto que también ha aparecido una clase media inédita en Brasil hasta ahora, pero la diferencia entre los ricos y los pobres sigue siendo demasiada. En Brasil se ha creado una burbuja salarial que es imposible de mantener, los sueldos suben a un 30% anual, lo que les hace perder competitividad y se empieza a ver en los mercados que realmente invertir en Brasil no es tan buen negocio, de hecho la rentabilidad de los negocios en Brasil es cero. Brasil es un mercado en el que hay que estar por el potencial, pero no es rentable.
En cuanto a los avances sociales, en la ciudad de Sao Paulo, existe un barrio chavolista donde se concentran más de un millón de infraviviendas en la que conviven las personas con las ratas. Sí, ya sé, en España también las hay, pero te aseguro que nada comparable con lo que se puede ver allí. La vista desde el avión es estremecedora y no quiero imaginarme lo que tiene que ser estar allí dentro.
En cuanto a infraestructuras, obsoletas, sin inversión. En hacer un trayecto de 60 kms en coche tardas dos horas y media (experiencia propia).
En cuanto al Gobierno de Lula, aunque en España nos olvidamos rápidamente, cabe recordar que se ha visto salpicado por muchos casos de corrupción.
En definitiva, en Brasil no todo es oro lo que reluce, más bien cartón piedra. Están en el camino, pero según mis previsiones, tan pronto pasen las Olimpiadas y el Mundial, habrá una crisis sin precedentes en el país, derivado del fuerte endeudamiento y de la galopante inflación que esta viviendo el país. Ojalá me equivoque, pues no deseo el mal a nadie, pero la burbuja de Brasil va a estallar y lamentablemente tendrá consecuencias importantes en España, primer país inversor en el país.
dale calor ha dicho que…
que viva la españa cañi, asi somos y asi tenemos los politicos que nos merecemos.

saludos

http://dalecalor.blogspot.com
Fernando De Arnáiz Núñez ha dicho que…
Bueno, me ha gustado, aunque tengo mis dudas sobre el futura a medio plazo de Brasil.
Lo de Karlos, no tiene duda,la picaresca potenciada en esta soleada parcela hispánica...
Un saludo de tu tío.

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